Juana Elia Puente
Un grato recuerdo para aquel compañerito de la infancia, Luis Moreno Sesma, así lo nombrábamos con la sonoridad de una sola voz.
Él, muchísimos años después, ya convertido en exitoso hombre de negocios en comercio exterior, jamás negó un afectuoso saludo a nosotros sus ex condiscípulos.
Fue en la escuela Carlos A. Carrillo donde compartimos fraternalmente en el aula de clases, en una institución de educación pública. ¿Inquieto?… ¿Travieso?… y lo que sigue… eso era. Su salvación siempre fue el angelical y risueño rostro.
Hoy, él ya está al lado de una filantrópica y distinguida dama, aquella que le dio a luz… ¡Su madre!… Doña Leticia Sesma de Moreno; esta gentil señora nos entregó la Bandera de la Cruz Roja por haber alcanzado la colecta escolar más alta de nuestra ciudad y cuarto lugar interno en nuestro plantel en 1958.
Luis nunca abandonó nuestra frontera, fundó hogar, familia, ayudó a cuantos pudo.
Fue él quien proporcionó el autobús para llevar a unos preparatorianos, como viaje de fin de curso, para llevarlos a conocer las entrañas de la Sierra Madre Oriental (Bustamante, Nuevo León) y jamás quiso que se difundiera ese acto de nobleza… así era él, sencillo y espléndido.
Vivió a plenitud sin dejar su terruño y sí, en cambio, nos catapultó al panorama nacional e internacional. Requiescat In Pax.