Margarita Elizabeth Rojo de la Cerda y Helga Brusela González Rosales, educadoras del Jardín de Niños Reginaldo Elizondo Garza, fueron reconocidas por su esfuerzo y dedicación en el camino de la enseñanza durante 30 años de servicio.
En el marco del Día del Maestro, ambas educadoras obtuvieron la medalla al mérito “Maestro Rafael Ramírez”, en un evento realizado en la capital del estado, como un reconocimiento a su labor y trayectoria de tres décadas.
“Me siento feliz, es muy importante el reconocimiento que nos dieron por tomarnos en cuenta la labor que hemos tenido en el transcurso de estos años, me sentí muy contenta por las palabras de aliento, que sepan que en todo momento estamos dando todo por nuestros niños para que tengan un aprendizaje muy significativo para su vida”, expresó Margarita Rojo.
Comentó que antes no se valoraba a los docentes como se debía, pero a raíz de la pandemia, los padres de familia y la sociedad en general han dado la importancia al trabajo que realizan los maestros en las aulas, pues todo lo que se imparte en las clases, por menor que sea la actividad, es fundamental para la formación de los menores, especialmente en la etapa inicial.
“En mi caso la proyección de las madres de familia en todo momento, hemos visto que sí nos valoran y después de la pandemia creo que fue más nuestro reconocimiento, vieron todo lo que teníamos que hacer diariamente, los trabajos, la motivación para que los niños se concentren, cómo aprenden los niños, creo que fue un momento en el que comprendieron todo lo que hacemos y sí estamos revalorados y siempre se ha demostrado con lo que hacemos diariamente”, precisó.
Destacó que desde pequeña tuvo el deseo de dedicarse a la enseñanza, pues su maestra de preescolar fue uno de sus modelos a seguir, debido a su dedicación al verla trabajar con empeño para que todos los niños y niñas aprendieran cosas nuevas.
“Ahora yo trato de seguir su ejemplo y enseñarles a los niños cómo vivir, que convivan en armonía, el valor del respeto a los padres, a la naturaleza, eso me motiva a que ellos lleven valores y bases muy sólidas y que los valores nunca se pierdan”, agregó la educadora. Resaltó que el amor con disciplina es algo que fomenta en las madres de familia y en sus pequeños alumnos, además del respeto para poder aprender.