“Y hagas lo que hagas el destino ya está escrito en oro
Bendito tesoro: Me encontraste y te encontré”.
Río Roma no pudo explicar mejor una de las historias más conocidas sobre las conexiones de almas y cómo, cuando las personas están destinadas a encontrarse, sucederá tarde o temprano sin importar todas las dificultades que se les presenten. Sin duda alguna, esta idea de los reencuentros es capaz de llegar a lo profundo del imaginario humano, y todas las culturas han desarrollado sus propias historias con el afán de explicar esa sensación de haber conocido a alguien en una vida anterior, incluso si es la primera vez que se encuentran.
En China y Japón, podemos encontrar la popular leyenda del hilo rojo del destino. Como su nombre lo indica, se trata de un hilo rojo que une a las parejas que están destinadas a encontrarse. Los dioses son los encargados de atar este hilo, al dedo meñique de las personas. Lo más hermoso de esta historia es que el hilo puede estirarse y enredarse, pero jamás puede romperse, quizás les tome años, pero las personas unidas por el hilo rojo del destino, se encontrarán incluso en la vejez. Esta idea es una constante en el arte japonés, y se ha vuelto particularmente popular en occidente gracias a la amplia difusión de series y películas de anime, así como las novelas de manga.
Por otro lado, Grecia trajo al mundo occidental una de las historias que más han prevalecido sobre el tiempo y, además, continúan adaptándose entre las creencias populares de las nuevas generaciones. Esta es, la leyenda de las almas gemelas. Según el mito griego, los humanos compartían un cuerpo con dos cabezas, cuatro brazos, cuatro piernas, pero una única alma. Como castigo ante la soberbia de una creación tan bien hecha, el padre de los dioses, Zeus, se enojó y decidió partir en dos a los humanos. Desde entonces, los humanos están condenados a vagar en busca de su otra mitad, a la cual no reconocen hasta que salta ese chispazo, esa conexión que resulta en emociones y experiencias de una fuerte intensidad emocional.
La evolución de esta historia, ha dado también pie al nacimiento de las llamas gemelas; si bien parecen términos sinónimos o que se pueden intercambiar fácilmente, existe sobre todo una diferencia entre almas y llamas gemelas que es clave para entender de qué se trata cada concepto. Tu alma gemela puede ser cualquier persona que te complemente temporalmente: un amigo, familiar, compañero de clases o de trabajo, ¡incluso tu mascota! Pero la llama gemela es única en la vida. La llama, como su nombre lo indica, se caracteriza por tener una intensidad superior en su conexión. No se trata de dos almas divididas, sino de dos almas que comparten el mismo origen, el mismo fuego de la vida.
Moviéndonos un poco más hacia otra zona, África Occidental cuenta con una historia igual de emotiva dentro de las creencias de la religión yoruba, la cual parte con fuerza de la base de que todas las personas se encuentran interconectadas entre sí, pero también con el resto de los seres vivos que habitan la tierra. Es así como nace la leyenda del ami y ajani. El ami vendría a ser el alma principal que porta el cuerpo, mientras que Ajani es el alma compañera que acompaña a las personas durante varias de sus vidas y, aunque no estén siempre presentes de manera física y tangible, poseen una fuerte conexión espiritual. Entonces, el destino cambia y, si bien no asegura un reencuentro en todas y cada una de las vidas, sí refuerza la idea de que las almas están conectadas y no están solas.
Así, podríamos hacer un amplio recorrido por las culturas de todo el mundo, y veríamos que cada cultura tiene sus creencias. Algunos incluso piensan que, sin importar cuántas veces reencarnes, estarás destino a convivir con las mismas personas en todas tus vidas; quizás de manera diferente y quien en una vida fue tu padre, en otra podría ser tu mejor amigo. Todo esto, es el resultado de intentar encontrar una explicación a esas fuertes conexiones que se desarrollan entre algunas personas. Conexiones y relaciones que desafían convenciones sociales e incluso la ley, podemos mencionar ejemplos como el de los criminales Bonnie Parker y Clyde Barrow, o parejas icónicas como lo fueron John Lennon y Yoko Ono, hasta ejemplos que muchos admiran como el caso de Barack y Michelle Obama, sin duda alguna poseen una fuerza que es más que notoria para el resto de las personas.
Las historias sobre el destino llenan de calidez y esperanza a las personas, recordándonos que nuestras vidas están interconectadas de maneras significativas y que, en última instancia, nunca estamos realmente solos.