JUEGOS OLÍMPICOS

Juegos Olímpicos: Niños deportistas en Japón sufren abuso infantil en sus entrenamientos

Human Rights Watch denunció estos abusos a través de un informe lanzado el día de hoy

En la sociedad japonesa está mal visto que un joven responda contra un superior en edad
Abuso infantil en los deportes.En la sociedad japonesa está mal visto que un joven responda contra un superior en edadCréditos: Pexels
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El día de hoy se inauguraron los Juegos Olímpicos Tokio 2020, Japón, sin embargo, el anfitrión de la justa veraniega oculta un deshonroso secreto: la violencia ejercida y abuso infantil contra los niños deportistas, en busca de ganar el oro a como de lugar. 

La organización de derechos humanos Human Rights Watch publicó un informe argumentando los abusos verbales, físicos e incluso sexuales de los que eran víctimas los niños atletas japoneses durante sus entrenamientos.

"Me golpearon tantas veces que perdí la cuenta’: el abuso de niños deportistas en Japón”

Con el título "I Was Hit So Many Times I Can’t Count’: Abuse of Child Athletes in Japan", el informe de Human Rights Watch documentó el testimonio de varios atletas menores de edad, quienes practican diversos deportes en la nación asiática, 

En el reporte se destacan los abusos infantiles a los que fueron sometidos en escuelas, federaciones y deportes de élite japoneses.

A través de una encuesta y varias entrevistas, la voz de múltiples niños de más de 50 disciplinas deportivas encontró un camino para denunciar estas agresiones.

Minky Worden, Directora de iniciativas globales de la organización, habló sobre su trabajo en este escrito.  

"Durante décadas, los niños en Japón han sido golpeados brutalmente y han sufrido abusos verbales en nombre de trofeos y medallas” comentó Minky Worden.

Relató como los Juegos Olímpicos Tokio, Japón 2020 y la preparación de los paraolímpicos sirvieron como una oportunidad única de dar a conocer este caso en los jóvenes japoneses a la comunidad internacional. 

800 ex atletas fueron entrevistados, incluidos en la lista los que han participado en algún juego olímpico o paraolímpico. Se contactaron medios informativos de la nación para indagar sobre la cobertura de estos casos en la prensa o en noticieros, entre expertos, funcionarios educativos y de gobiernos, hasta padres de familia.

Agresiones deportivas son bien vistas en Japón

Human Rights Watch descubrió la normalización de estas conductas en la sociedad nipona. El respeto que se obliga a tener de los jóvenes con los superiores permea de tal forma que las quejas hacia los adultos no se hagan por miedo a la deshonra pública. 

Además, rara vez los entrenadores son castigados y a menudo les permiten continuar con sus entrenamientos. 

En 2018 se viralizó un video donde se mostraba a un entrenador de Béisbol de una escuela secundaria de la prefectura de Aichi, golpeando salvajemente a su alumno. Bofetadas, y patadas fueron propinadas al estudiante y al menos 5 alumnos, quienes no respondieron ante la agresión. 

La indignación pública se hizo presente y algunas normas se dispusieron para evitar estos abusos.

"Las federaciones deportivas en Japón tienen permitido establecer sus propios sistemas para rastrear el abuso y sus responsables, algo que muchos simplemente eligen no hacer” comentó  Kanae Doi, directora de Japón de Human Rights Watch.

Con estos problemas en mente, la organización pide al gobierno japonés crear un organismo independiente, regulador del deporte y de las conductas antideportivas de los entrenadores y de los propios entrenados. 

A  través de esta iniciativa, se busca regular el registro y el seguimiento a las denuncias impuestas por los alumnos en caso de maltrato deportivo. 

"Tomar medidas decisivas para proteger a los niños deportistas enviará un mensaje a los menores de Japón de que su salud y bienestar son más importantes que las medallas", concluyó el informe de Human Rights Watch.

La cercanía de los Juegos Olímpicos y paraolímpicos ayudará a ver reflejada esta realidad en Japón, para que sea la misma sociedad la que despierte y no tolere más el  abuso infantil y adolescente.

Jesús García