Cuatro prisioneros de una cárcel en Oklahoma, Estados Unidos, denunciaron haber sido víctimas de tortura luego de ser expuestos a escuchar famoso tema infantil Baby Shark durante horas.
Según el testimonio de los denunciantes, la canción era puesta durante mucho tiempo, con un ‘volumen alto y exagerado’, mientras ellos se encontraban amarrados a una silla en un cuarto alejados de los demás reclusos.
La denuncia presentada por estos reos indica este hecho realizado el año pasado, donde los oficiales de la prisión abusaron de su poder para llevar a cabo estos actos, atentando contra los derechos humanos de los reclusos.
Actualmente los presos cumplen su condena sin ninguna advertencia. Los policías involucrados fueron suspendidos de sus labores y estaban siendo investigados por el hecho.
Gregory Cornell Butler Jr. y Christian Charles Miles, además de su supervisor, Christopher Raymond Hendershott, enfrentarán los cargos por delitos menores de crueldad. Los tres renunciaron luego de ser suspendidos.
Por lo anterior, las víctimas del método de tortura que utilizó una canción infantil para desequilibrar su estado emocional, han manifestado su preocupación ante la posibilidad de que el delito que denunciaron quede impune.
David Prater, Fiscal de Distrito del condado de Oklahoma sentenció este hecho como una medida cruel e inhumana que generó un estrés emocional indebido en los reclusos.
Sobre la canción, Baby Shark fue lanzada en 2016 en la plataforma de YouTube; utiliza repeticiones de sonidos y versos para generar un ritmo contagioso. Bajo cierto contexto, esta canción puede producir estrés elevado y sentimientos negativos en los reos.
Con la renuncia de los tres principales implicados en el caso de tortura con la canción Baby Shark se han detenido las investigaciones sobre este delito cometido en contra de cuatro prisioneros en Estados Unidos. Ante esto, los presos piden justicia por las horas sufridas en esta tortura.
Jesús García