Maximiliano, un pequeño de solo 6 años de edad, fue reportado como desaparecido en el barrio El Hueso, sector la primavera, de Segovia, en el Nordeste de Antioquia, el pasado 21 de septiembre. La comunidad entera se unió en la búsqueda sin saber que el enemigo estaba muy cerca.
La madre del menor reportó la desaparición de Max, se argumentó que desapareció después de ser enviado a hacer unos mandados en la tienda más cercana, pero nunca regresó.
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Desde la noticia la comunidad y las autoridades iniciaron la búsqueda del pequeño y después de que el caso se volviera mediático, finalmente parecía que la Fiscalía General de la Nación tenía una respuesta: Fueron sus propios familiares.
Cinco personas fueron detenidas, todos familiares de Maximiliano. Estaban relacionadas por formar parte de una secta satánica llamada "Los Carneros" que era encabezada por el padrastro del menor.
La familia fue convencida de que un espíritu maligno los acechaba y que había poseído al pequeño, por lo que el sacrificio no solo los libraría del mal, sino que tendrían otros beneficios como oro y fortuna.
Cuando las autoridades realizaron las investigaciones en el interior de la casa donde radicaba la familia, encontraron diversos objetos relacionados con la brujería como muñecos vudú, una tabla ouija, libros de esoterismo y varios cuadernos, utilizados supuestamente para realizar rituales después de la medianoche.
Tras encontrar la culpabilidad en el hecho, el líder de la secta Robinson Smith, alias Orejas, y su esposa, Susana Ceballos (madre de Maximiliano), alias La Sumisa, fueron imputados también por los cargos de desaparición forzada agravada y tortura a título de cómplices. A la abuela de Maximiliano, Damaris Estela Pérez Escalante, alias Mary, se le acusa del delito de tortura en calidad de cómplice, así como a su compañero sentimental, Fabian Alberto Monsalve, alias el Meditador.
Encuentran el cadáver de Maximiliano
El pasado 27 de octubre el cuerpo del menor fue encontrado en una fosa común de la vereda Cuturú Alto, en zona rural del municipio de Segovia (Antioquia).
Las autoridades de la Fiscalía General de la Nación pudieron dar con su paradero después de que la madre del menor, Sandra Patricia Caro, asegurara que el menor estaba dentro de un socavón de oro en donde los 'espiritus' les ordenaron depositarlo para que el sacrificio rindiera efecto.