Tamuna Museridze, una periodista de 40 años de Georgia, vivió una experiencia que transformó por completo su vida después de una búsqueda de ocho años para encontrar a sus padres biológicos. Todo comenzó en 2016, cuando, al vaciar la casa de su madre adoptiva tras su fallecimiento, encontró un certificado de nacimiento que no coincidía con los datos que conocía.
Esto despertó sus dudas sobre si había sido adoptada. Decidió entonces crear un grupo en Facebook llamado 'Vedzeb' (Estoy buscando), para intentar dar con su madre y su padre biológicos.
Lo que comenzó como una búsqueda personal pronto se convirtió en una plataforma para ayudar a otros a encontrar a sus familias, pero el misterio de su propio origen seguía sin resolverse.
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Tras años de búsqueda, finalmente recibió un mensaje en 2024 de alguien que le informó sobre su madre biológica y sobre un embarazo oculto en 1984, el año de su nacimiento. Esta información la llevó a hacerse una prueba de ADN, que confirmó que su madre biológica era una mujer que inicialmente se había resistido a revelar la verdad.
Cuando Tamuna confrontó a su madre con los resultados, la mujer confesó el nombre del padre. Tamuna, con esa nueva pista, lo buscó en Facebook y para su sorpresa, descubrió que ya lo tenía entre sus amigos.
El hombre había seguido el trabajo de Tamuna de reunir familias separadas a través de las redes sociales, pero ninguno de los dos sabía que su historia estaba conectada. 'Ni siquiera sabía que mi madre biológica había estado embarazada', recordó Tamuna.
El reencuentro con su padre biológico se dio en Zugdidi, la ciudad natal de él, donde Tamuna fue recibida con los brazos abiertos. En cuanto se miraron, el hombre de 72 años supo que era su hija. El encuentro fue emotivo, y Tamuna fue presentada a una gran cantidad de familiares nuevos, quienes celebraron el reencuentro con historias, música y comida tradicional de Georgia.
Sin embargo, el misterio no terminó allí. Tamuna aún tenía una pregunta: ¿había sido robada al nacer? En octubre, finalmente pudo hablar con su madre biológica, quien le confesó que, debido a la vergüenza de un embarazo no planeado, había dado a Tamuna en adopción poco después de su nacimiento, tras pasar diez días juntas.
La conversación terminó abruptamente cuando su madre le pidió que mintiera y dijera que había sido robada al nacer. Tamuna se negó, ya que consideró que hacerlo sería una injusticia para las familias que realmente habían perdido a sus hijos. Desde entonces, no han vuelto a hablarse.
Este reencuentro inesperado con su padre biológico no solo resolvió el misterio de su origen, sino que también permitió a Tamuna conectar con su familia, aunque también dejó en evidencia las complejidades emocionales y familiares que involucran la adopción.