La vocera de la gobernadora de Texas, Renae Eze, anunció el envío de alambre de púas en la frontera para su despliegue en la ciudad de Piedras Negras, Coahuila.
El alambre de púas, que ya se utilizó en Texas, se usará en un intento de evitar que los migrantes intenten cruzar a los Estados Unidos desde Piedras Negras.
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Alambre de púas en la frontera
Según Eze, este envío es a pedido del gobierno de Coahuila. Los mexicanos llegaron al territorio estadounidense para ser entrenados por la Guardia Nacional de Texas.
Al final de la semana les entregaron el alambre (sin especificar el largo del alambre) y volverán a instalarlo. Como resultado, se espera un aumento de la actividad militar en la zona, además de la persecución, detención y expulsión de migrantes de Centro y Sudamérica, así como del Caribe e incluso de Medio Oriente y Europa.
Esta política binacional acordada por los gobiernos de Texas y Coahuila se suma a las diversas “medidas sin precedentes” contra los migrantes que huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen con la esperanza de encontrar trabajo y mejorar sus condiciones de vida y los de sus familias.
El uso de alambre de púas puede lesionar gravemente a quienes quedan atrapados en él, poniendo en riesgo su vida.
Políticas contra la inmigración
Recientemente, en noviembre de 2021, el gobierno de Texas reforzó el cerco fronterizo enviando decenas de vehículos de la Patrulla Fronteriza al Puente Internacional I y II, donde ya había ordenado colocar alambre de púas para impedir los cruces entre la ciudad mexicana de Piedras Negras y Paso del Águila en Texas.
Desde la administración de Donald Trump hasta la de Joe Biden, las políticas contra los migrantes bajo el Título 42 (que permite las deportaciones express en medio de la pandemia) se han acelerado e incrementado, junto con la política 'Quédate en México'.
Estos incluyen el envío de decenas de fuerzas militares y estatales represivas a la frontera, así como la construcción de muros fronterizos sofisticados, con patrullas, alta tecnología militar y materiales cuyos costos ascienden a millones en fondos gubernamentales.
Esto, a pesar de la barrera física ya existente de unas 560 millas de largo a lo largo de la frontera cerca de Tijuana. El cerco incluye tres barreras de contención, iluminación de muy alta intensidad, detectores de movimiento, sensores electrónicos y equipos de visión nocturna conectados a la policía fronteriza estadounidense, así como vigilancia permanente con camiones todoterreno y helicópteros artillados.
A pesar de todos los intentos de las autoridades estadounidenses por frenar la migración, los migrantes siguen caminando para llegar a Estados Unidos.