El malgasto municipal de obra pública y la corrupción por aviadores son dos males que padecía el gobierno de Reynosa y que su exalcaldesa, Maki Ortiz combatíó.
Ahora, comparte sus experiencias, mientras busca una candidatura para ser la primera gobernadora de Tamaulipas. Hace 17 años, la doctora Maki fue diagnosticada con cáncer.
Después de 45 radiaciones y 16 quimioterapias sobrevivió a la enfermedad. Continuó con su carrera política, que la ha llevado a ser diputada federal, funcionaria, senadora y recientemente dos veces alcaldesa de Reynosa.
Hoy dice con sentido del humor que por primera vez en 20 años es desempleada, mientras recorre Tamaulipas, para mostrar lo que hizo en Reynosa y para buscar la candidatura a la gubernatura.
Durante su visita a Nuevo Laredo, estuvo en la casa de doña Ninfa Deándar Martínez, presidenta de esta casa editora, junto con su hijo Ramón Cantú Deándar, director general de El Mañana. “Dar aquí gracias por el espacio en este medio tan importante en esta ciudad, el periódico El Mañana, que siempre forma opinión y es de gran tradición”.
Dijo que cuando llegó al Ayuntamiento de Reynosa, la nómina era muy elevada y con aviadores, como es conocido el personal que cobra sin trabajar.
“Cuando llegué me senté en la plaza, chequé todos los empleados del municipio y ¿qué crees?, tenía mil 300 aviadores. En dos semanas recuperé 200 millones de pesos de puro aviador”, dijo.
“No solamente gastamos el dinero que teníamos (para obra pública) totalmente, nosotros conseguimos mucho más dinero.
En Reynosa lo más lo que se había hecho de obra pública en un año eran 200 millones de pesos en todo un año. Nosotros hicimos mil 300 todos los años, 6 mil 500 en 5 años, es decir, una obra por cada día hábil”, afirmó Maki Ortiz.