Un día como hoy 8 de febrero, pero de 1969 un objeto impactó en Allende, Chihuahua. Habitantes de ese poblado salieron a contemplar lo que ahora se conoce como el Meteorito Allende.
El cuerpo celeste atravesó la atmósfera y tocó tierra para luego fragmentarse en mil pedazos, en total, se pudieron recuperar casi dos toneladas, su composición fascinó a la comunidad científica, ya que su origen se remonta a la formación del sistema solar.
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Daniel Flores Gutiérrez, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, comentó que una de las primeras investigaciones que se hicieron en torno al meteorito Allende, fue conocer su trayectoria en el sistema solar.
Otro aspecto destacable por lo el especialista fue que es el primer objeto estudiado en el Laboratorio Lunar de la NASA, que estaba preparado para recibir las muestras de la Luna que recogería ese mismo año la Misión Apolo 11.
“De modo que cuando se obtuvieron fragmentos del Allende los llevaron inmediatamente para analizarlos en el laboratorio lunar”.
Entre los componentes moleculares del meteorito de los cóndrulos se halló agua, en un experimento desarrollado en colaboración con Rafael Navarro González, del Instituto de Ciencias Nucleares, hecho de gran importancia para el estudio del cosmos.
Algunos fragmentos del Allende mostraban una ligera capa blanquecina parecida a la parafina, “Seguramente se trata de una combinación de compuestos del carbón pero por lo pronto, no sabemos más”, consideraron los expertos.
Uno de los fragmentos del Meteorito Allende se exhibe en el Museo de Mineralogía “Eduardo Villaseñor Söhle”, que se ubica en la sede San Matías de la Universidad de Guanajuato.