En la era digital, las redes sociales han transformado la manera en que nos percibimos y nos presentamos ante el mundo. Sin embargo, detrás de las imágenes retocadas y los filtros de belleza se esconde un problema más profundo: el colorismo.
Este fenómeno, alimentado por los algoritmos y las herramientas de edición, perpetúa estándares de belleza europeos, afectando la autoestima y la salud mental de las personas, especialmente de las mujeres jóvenes.
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Filtros para vernos más blancos
El colorismo, vinculado históricamente a los ideales de belleza de occidente, establece una jerarquía de valor basada en la tonalidad de la piel.
Los algoritmos de redes sociales, como los de Snapchat, Instagram, TikTok y Facebook, amplifican este fenómeno al favorecer la representación de personas de piel más clara, relegando a un segundo plano a aquellos con tonos más oscuros.
El colorismo en diferentes culturas
Este fenómeno no es exclusivo de una región geográfica o grupo étnico. En países como India, la clasificación social tradicionalmente discriminaba a aquellos con piel más oscura.
En China, la piel clara se asocia con la belleza y la nobleza. En Estados Unidos, el colorismo trasciende las barreras raciales, afectando a personas de diversas etnias.
Filtros y Estándares de Belleza Digitales
La proliferación de selfies y el uso de filtros faciales han amplificado la influencia del colorismo. Las tecnologías fotográficas y los algoritmos de redes sociales imponen estándares de belleza que no reflejan la diversidad real de tonos de piel.
Incluso los chips de imágenes en cámaras personales tienen preajustes que no capturan con precisión la variabilidad de la tez.
Impacto en la Autoestima y la Identidad
Investigaciones como la realizada por Amy Niu indican que el uso de filtros de belleza tiene efectos variables según la cultura. Mientras algunas mujeres chinas experimentan un aumento en la autoestima al aplicar estos filtros, mujeres estadounidenses, en su mayoría blancas, no muestran cambios significativos.
Esto revela la complejidad de los estándares de belleza y cómo las empresas tecnológicas están adaptando sus filtros para diferentes audiencias.
Riesgos Físicos y Psicológicos
El problema va más allá de la superficie. La obsesión con la piel más clara ha llevado al auge de la industria del aclaramiento de la piel, valuada en más de 7,450 millones de dólares anuales a nivel mundial.
Además de los riesgos físicos, los filtros digitales también están vinculados a efectos emocionales y psicológicos preocupantes, afectando la percepción de uno mismo.
Recomendaciones y Sesgos Inconscientes
Los algoritmos de recomendación, basados en las preferencias de los usuarios, perpetúan sesgos raciales y de belleza. Las plataformas digitales, incluyendo gigantes como Twitter, han sido señaladas por favorecer rostros más claros, más delgados y más jóvenes, ampliando la brecha de representación y aceptación.
Un Llamado a la Conciencia y la Diversidad
A medida que las redes sociales desempeñan un papel cada vez más influyente en la formación de la percepción de belleza, es crucial reconocer y abordar los problemas del colorismo.
La uniformidad impuesta por los filtros digitales amenaza la diversidad y contribuye a la pérdida de identidad cultural. Es necesario un cambio consciente y acciones que promuevan estándares de belleza inclusivos y respetuosos con la diversidad.