Ramiro Hernández de Nuevo Laredo recibió la pena de muerte en Estados Unidos y fue ejecutado el 9 de abril del 2014 con una inyección letal tras ser acusado y sentenciado por un sangriento crimen en Kerrville, Texas.
La historia de una triste infancia
La vida nunca fue fácil para Ramiro Hernández Llanas, la que terminaría a los 44 años, si se cumple la sentencia del sistema de justicia norteamericano de aplicarle la pena de muerte el miércoles en Huntsville, Texas.
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Su hermano Jorge, dos años mayor que Ramiro, dijo que vivió desde su primer año en una casa de madera que se encontraba en un depósito de chatarra. Eran 10 hermanos, más el padre y la madre, quienes por lo numeroso de la familia no podían cuidarlos adecuadamente, ni cubrir todas sus necesidades.
Ramiro ingresó a la primaria Praxedis Balboa, donde los profesores decían que tenía lento aprendizaje, por lo que sólo terminó cuarto grado y abandonó la escuela.
Desde los 4 años, Ramiro ayudaba a sus padres en la recolección de vidrio, metales y cartón para vender a las recicladoras y conseguir para la manutención de la numerosa familia; al dejar la escuela lo hizo de tiempo completo.
Su madre, Martha Llanas Zamora, de 75 años, recordó que Ramiro era quien le ayudaba a ella a formar las pacas de cartón que recolectaban por toda la ciudad y principalmente en el basurero del arroyo Las Alazanas, que operó durante la vida infantil y adolescente de Ramiro.
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En la adolescencia, Ramiro consiguió un trabajo como cargador en una tienda La Argentina.
La mujer recordó que Ramiro anhelaba ayudar y le decía:
"Cuando esté más grande me iré para el otro lado, para trabajar y que usted ya no tenga que trabajar, más" Yo sólo le contestaba: está bien mijo"
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Pero los deseos no siempre se vuelven realidad. Ramiro fue acusado de un homicidio y encarcelado en una prisión tamaulipeca. La madre aseguró que ahí era golpeado, al grado de que al salir tenía problemas mentales.
Uno de los argumentos de la defensa de Ramiro es la de que es inelegible para la pena capital por sus limitaciones mentales, y aportaron pruebas de que tiene un coeficiente intelectual de 70, pero ese alegato fue rechazado por la Corte.
Jorge contó que su hermano Ramiro siempre tuvo problemas para separar la basura, porque nunca pudo distinguir a qué tipo de material correspondía cada contenedor, y no distinguía los colores de las botellas.
Era tal la impericia de Ramiro, que su padre lo apodó "El Burro", y le aplicaba severos castigos que incluían golpes, como reprimenda por su torpeza, admitió Jorge. Añadió que Ramiro tampoco era hábil en deportes u otras actividades.
"No se concentraba en los partidos y no hacía lo que debía", recordó.
Mencionó que a los 8 ó 9 años no podía vestirse por su propia cuenta, se ponía los zapatos al revés, no se abrochaba los botones de la camisa adecuadamente y fue hasta los 13 que aprendió a bañarse solo, pero tenían que recordarle que debía cambiarse de ropa todos los días.
En los 90, Ramiro cruzó a Estados Unidos. El 14 de octubre de 1997 fue arrestado, acusado de asesinar a su patrón en el Condado de Kerrville, al noroeste de San Antonio, y violar a la esposa de éste.
Ramiro Hernández, a 30 minutos de ser ejecutado
La familia del neolaredense Ramiro Hernández Llanas se despidió aquel miércoles del reo condenado a muerte, en una visita de cuatro horas realizada por la mañana en la Unidad Carcelaria Polunsky, en el condado de Polk, Texas.
A la visita acudió la mamá del reo, Martha Llanas Zamora, de 75 años, y varios de los hermanos de Ramiro, quien permaneció en ese centro penitenciario desde 2000, poco después de ser sentenciado a la pena capital.
Hernández Llanas fue programado para ser trasladado este miércoles a la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, Texas, donde se ubica la cámara de la muerte.
Neolaredense que recibió la pena de muerte
El traslado de 65 kilómetros se realizará bajo fuertes medidas de seguridad y no se da aviso del mismo hasta una vez que el reo llega a la penitenciaria.
De no posponerse la ejecución por la intervención en último momento de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos o del gobernador de Texas, Rick Perry, Hernández Llanas fue ejecutado a las 18:00 hora local del miércoles 9 de abril del 2014 mediante una inyección letal.
Hernández Llanas, de 44 años, fue sentenciado a la pena capital por el homicidio del ranchero y profesor universitario, Glen Lich, el 14 de octubre de 1997.
Ramiro Hernández Originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, se convirtió en el décimo mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos.
Nueve de esas ejecuciones han sido efectuadas en Texas, con excepción de la de Benjamín Mario Murphy, ocurrida el 17 de septiembre de 1996 en Virginia.
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