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Cantú Rosas: Un legado de lucha que sigue vivo en Nuevo Laredo

‘El Chale Boy’, como era conocido, fue quien logró que la corrupción acostumbrada del PRI quedara fuera gracias a su temple y valentía

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Corrían los años 70 en Nuevo Laredo y los discursos de un político retumbaban en la población que ansiaba un cambio, su nombre ya era conocido a nivel nacional, Carlos Enrique Cantú Rosas, mejor conocido por la gente como “El Chale Boy”.

En el marco de su décimo primer aniversario luctuoso, Claudette Villarreal viuda de Cantú Rosas, recuerda aquel hombre, que hasta en sus últimas horas luchó por el Nuevo Laredo que tanto amaba.

Carlos Enrique Cantú Rosas, junto al expresidente Luis Echeverría.

Sus primeros recuerdos son en Monterrey, donde el “licenciado”, como ella le llama con cariño, llegó a estudiar una maestría, ahí, Doña Claudette escuchó hablar de un joven con un don de palabra único que ya comenzaba a mover las fibras de otros estudiantes interesados en cambiar la realidad de México.

“Al licenciado lo conocí a fines de los 70 en Monterrey cuando fue él a hacer una maestría, entonces yo oía hablar de un joven muy inquieto, Carlos Cantú Rosas, la vida me lo presentó, nos hicimos amigos, luego fuimos novios dos años”, recuerda con cariño doña Claudette.

Y aunque de joven la esposa del “Chale Boy” estaba más interesada por el arte, con especial interés en la pintura, poco a poco se fue adentrando en el mundo de la política y se convirtió en compañera de lucha de aquel joven inquieto.

Tras dos años de noviazgo, de idas y vueltas entre Monterrey y Nuevo Laredo, la pareja decide casarse un 24 de agosto de 1972 para formar una familia en esta frontera, donde comenzó el camino de los Cantú Rosas-Villarreal por una nueva era para México.

El primer hijo de Cantú Rosas y Doña Claudette, nació un 29 de mayo de 1973, justo cuando “El Chale” buscaba ser Diputado Federal representando al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana -PARM- del que fue re-fundador.

Embarazada de Carlos Cantú Rosas, Doña Claudette nunca dejó solo a su esposo y lo acompañó en esta aventura por la diputación, fue ahí que terminó por enamorarse de la política y la labor social.

Su personalidad fue clave para lograr un cambio en Nuevo Laredo, con ideales distintos

Y así fue con sus demás hijas, Carmen Lilia, Claudette y Cinthya Edith, quienes pasaron su niñez en medio de mítines, gallos, marchas, discursos, caminatas y reuniones con vecinos, siempre a lado de sus padres quienes les transmitieron esa sensibilidad por la justicia social.

Carmen Lilia Canturosas, junto a su padre, de quien ha dicho es su ejemplo.

“Yo le decía, para qué te metes Carlos a la Diputación, vamos a tener que ir a México, y me convenció la explicación que me dio; sabes que Nuevo Laredo jamás ha tenido un diputado federal, siempre los del PRI mandaban a quien les diera la gana y no hacen nada”, comentó Claudette Villarreal.

Recuerda que con su don de palabra la convenció de lo importante era buscar la diputación federal para Nuevo Laredo, fue en esa contienda que reafirmó la admiración que sentía por el “Chale” cada que escuchaba sus discursos.

“Era un hombre con mucha facilidad de palabra, con facilidad de convencimiento, si oía ahorita un discurso, sabía que el de más tarde no lo iba a decir igual; yo era su primera crítica y su primera admiradora, pero casi nunca lo critiqué porque no tenía que criticar, me embobada con sus discursos”, relató Doña Claudette.

Y aunque ella sabía que al ser oposición en un régimen opresor era algo peligroso, jamás tuvo temor de acompañar a Cantú Rosas en esta lucha.

Recuerda con orgullo que como diputado federal, lo primero que hizo fue gestionar la construcción de una preparatoria y junto a otros ciudadanos impulsaron el proyecto que finalmente se hizo con el apoyo del presidente Luis Echeverría.

Siempre se le recuerda con gran cariño, por el gran arraigo que logró con los ciudadanos

Ya como diputado, el pueblo de Nuevo Laredo le pedía que buscara la alcaldía, recuerda Doña Claudette que lo buscaban muchas personas y le sugerían que fuera presidente municipal.

Aunque ella insistió en que acabara su periodo en la Cámara de Diputados, Cantú Rosas decidió aceptar el llamado de la gente y comenzó su carrera para convertirse en el primer presidente municipal de oposición en la ciudad, para acabar así con el yugo de un cacicazgo en la ciudad.

El camino era peligroso, y aunque reconoce que el licenciado trabajaba duro para conseguir lo que se proponía, ella era su ángel de la guarda, pues desde su trinchera lo cuidaba y protegía para que todo llegara a buen fin.

Pero no sólo fue su protectora, Doña Claudette fue pieza clave en los triunfos al convertirse en una férrea activista que con niño en brazos defendió la democracia, junto a otros ciudadanos protegieron las urnas para dar un duro golpe al régimen y hacer historia en la ciudad.

Junto a su esposa, doña Claudette y su hijo Carlos Canturosas Villarreal.

“Era tanto mi amor por ‘El Chale’ que me gustó mucho la política, como me trataba la gente, cómo podía yo darles algo de mí, cómo podía ayudarlos a que las cosas se hicieran bien”, comentó.

También recordó que la campaña para la Presidencia Municipal fue complicada, se enfrentaba a un adversario que contaba con los recursos y el apoyo del entonces gobernador de Tamaulipas, Enrique Cárdenas González.

“Nosotros no teníamos más que nuestras manos y pies para trabajar, para convencer a la gente de que no podíamos seguir igual y resulta que yo estaba embarazada de Carmen Lilia, y aún así entramos a una lucha a morir”, explicó la esposa del “Chale”.

El tiempo no pasó en vano y la interminable lucha por un mejor país comenzó a afectar la salud del líder, además que de acuerdo con compañeros y su propia esposa, hubo muchas traiciones al movimiento que desgastaron a Cantú Rosas.

“Se ponía muy triste, eso fue lo que vino arrastrando tantos problemas en su corazón; las traiciones te van liquidando el corazón, es algo que duele y te marca, para mi fue bien pesado porque ya lo empezaba a ver decaído”, expresó.

La salud del líder comenzó a deteriorarse, tuvo una cirugía de corazón que lo mantuvo fuerte por unos años, pero el fuerte medicamento que debía tomar comenzó a causarle efectos secundarios provocando un cáncer contra el que luchó hasta el último día de su vida.

Fue entonces que un 7 de abril de 2010 que perdió la batalla contra el cáncer, nunca perdió el ímpetu de lucha, aún en sus días más duros, se veía fuerte frente a su familia que lo acompañó hasta su último suspiro.

Su funeral fue muy emotivo, cientos de personas se reunieron en el Centro Cívico para despedirlo, recordaron sus hazañas en la política de México donde dejó una huella indeleble y un legado que sus hijos hoy en día continúan.

En la foto, aparece junto al entrañable Juvenal Boone Flores.

Hombre visionario 

De acuerdo con Doña Claudette, Cantú Rosas era un hombre adelantado a su tiempo, ya que su gestión como alcalde la hizo pensando en el crecimiento de la ciudad a futuro, algo por lo que fue muy criticado.

Platica que construyó muchas escuelas, algunas de ellas ubicadas al poniente de Nuevo Laredo, donde apenas comenzaba a poblarse, muchos lo tacharon de loco por haberlas hecho ahí, pero él tenía claro que el crecimiento demográfico sería para ese lado de la ciudad y no se equivocó.

“Todo mundo lo criticaba porque las escuelas las quería hacer al poniente, las hizo en el poniente, decían que estaba loco, inventaban que tenía muchos terrenos allá, pero a él no le quitaron la idea, nosotros hicimos censos y con eso se sacaba dónde se iban a construir esas escuelas”, mencionó.

Hasta estos días su nombre pesa, gracias a los cambios que logró.

Construyó 8 escuelas, tres bibliotecas y el Centro Cívico que hoy lleva su nombre, obras que en su momento le fueron criticadas por los detractores, pero que fueron un detonante para el desarrollo social y cultural de Nuevo Laredo.

En medio de amenazas del gobernador, Cantú Rosas logró regresarle a la ciudad un liderazgo que había perdido por la apatía de los gobiernos anteriores, pasó a la historia como el primer presidente de oposición, pero sobre todo, por traer el progreso a esta frontera que por muchos años estuvo olvidada.

“Yo me siento muy orgullosa porque con mi granito de arena ayudé a que todas esas colonias tuvieran escuelas y luz, bailábamos de gusto al ver que esas casas ya tenían luz, también ‘Chale’ alumbró toda la ciudad, empezó la gente a ver los cambios porque habían pasado años de no hacer escuelas, años de no hacer nada”, destacó.

Recuerda que también fue gestor para la construcción del Puente 2, pero nunca se le ha reconocido por haber sido un presidente municipal opositor, sin embargo, afirma que junto a miembros de las fuerzas vivas de la ciudad impulsaron el proyecto que finalmente se logró.

Don Carlos Enrique Cantú Rosas nunca abandonó la lucha, junto a otros activistas como la señora Ninfa Deándar ayudaron a miles de ciudadanos a tener un patrimonio, fundó la colonia Nueva Era, tras una lucha junto al pueblo para que las familias tuvieran un lugar digno para vivir.

Como diputado, Carlos logró ser escuchado en todo el país, era un hombre distinto.

Pero no sólo eso, sino que continuó con las gestiones para que esta colonia tuviera escuelas y un dispensario médico que le diera a sus habitantes una mejor calidad de vida.