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El Mañana 98 años de periodismo; siempre con el pueblo

Con el ideal, desde su nacimiento de defender a la población, El Mañana arriba a los 98 años, en los que ha mantenido firme su compromiso revolucionario

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Escrito en NUEVO LAREDO el

Una tradición periodística humanista y liberal llega hoy a sus 98 años, con una historia que se conecta con los ideales de ir siempre a tono con lo que la sociedad demanda: “El periódico que va con el pueblo”.

Los inicios de este sueño, hoy conocido como El Mañana se remontan a 1924, cuando dos hombres con ideales y el compromiso de una prensa combativa fundaron Verbo Libre. La etapa de estabilidad democrática posrevolución vio nacer un semanario en el que Heriberto Deándar Amador y Manuel del Saz llevaban la cabeza como editores.

Deándar, con tan sólo 17 años era el administrador del semanario, mientras que Del Saz fungía como director. Durante dicha década, cuando Nuevo Laredo contaba entre sus habitantes apenas 23 mil, el dúo al frente de Verbo Libre vio cómo escribir la verdad, muchas veces despreciada, les traería una serie de adversidades. Por ejemplo, según lo dicho por González de la Garza (cfr. 1989) en 1928 pisaron la cárcel por varios días, además de ser multados por escribir una nota sobre la falta de atención médica en la cárcel municipal.

Este sería sólo el inicio combativo, para el que hoy en día es el periódico mexicano más antiguo aún en circulación de la frontera norte, El Mañana.

UNA LUCHA DE IDEALES

Luego de dichos antecedentes, en 1932, ante el intento de reelección de Emilio Portes Gil a la gubernatura de Tamaulipas, Heriberto Deándar Amador, quien se oponía a lo dicho, optó por separarse de Del Saz para fundar lo que en un inicio se llamó “El Antireeleccionista”, que durante ese mismo año cambió su nombre a “El Mañana”, y que a partir de 1944 muda su formato semanal para convertirse en un diario.

Casi un siglo de convicción, no sólo para informar con veracidad a la comunidad de ambos Laredos, sino de representar el espacio para las causas de la ciudadanía en sus páginas, han venido con muchas otras luchas; entre ellas, el intento de censura.

Por ejemplo, las variadas ocasiones entre 1932 y 1940 en que, el gobierno en turno, intentando silenciar a El Mañana detuvo la provisión de papel prensa, lo que obligó a Deándar Amador a traerlo en una barca desde Estados Unidos, a través del río Bravo.

Como esta anécdota relatada por Ninfa Deándar Martínez sobre cómo su padre resolvió a contracorriente el conflicto para seguir informando, se cuentan muchas otras.

Algunas de mayor o menor impacto, la mayoría de dominio público incluidos atentados o amenazas, que, con el paso de los años y co n varias ediciones trabajándose diariamente, demuestran la entereza de un medio de comunicación sólido y comprometido con la ética, la verdad, la pluralidad y con la promoción de la libertad de expresión.

LA MEMORIA HISTÓRICA EN LAS PÁGINAS DEL MATUTINO

Cada mañana durante estos años de historia, el periódico es entregado en los domicilios, voceado en las calles, distribuido en los diferentes comercios a donde llegan los neolaredenses buscando la información; esos datos, cifras, anécdotas, imágenes e historias que sólo hablan del pulso de aquellos, ahora más de 425 mil personas que habitan este lado de la frontera, y dicho sea de paso, aquellos más de 259 mil habitantes que residen en el lado norte del río Bravo.

Desde sus primeros titulares como el Antireelecionista que hablaban de las intenciones de Portes Gil, hasta aquellas primeras portadas ya como El Mañana que hablaban sobre las necesidades de la población neolaredense, este medio periodístico ha estado ahí para cubrir e informar, más allá de los gobiernos y de los contextos históricos a generaciones y generaciones de neolaredenses.

En pleno 2022, El Mañana de Nuevo Laredo ha encontrado las vías para seguir informando a la población desde todas las trincheras disponibles; los valores que se plasman en sus ediciones impresas trascienden hoy la cobertura a todos los formatos existentes, distinguiéndose por la actualización en sus contenidos y encontrando los caminos para llegar a cada lector, ya sea en papel o en formato digital.

Directivos, reporteros, redactores, editores, fotógrafos, videografos, diseñadores, prensistas, administrativos y todo aquel que dentro de Editora Argos dan forma y vida a las historias que acompañan durante su día a día a los neolaredenses - “Lo vi en El Mañana!”-, tienen en común una cosa, el compromiso de servir con su trabajo a la población y contribuir a la construcción de una sociedad justa en capacidades y desarrollo.

“El periodismo en esencia es, decía mi padre, fomentar la evolución del ser pensante y estimularle el entendimiento, la razón y el coraje para defender los valores humanistas”, expresó Ninfa Deándar Martínez, quien dirigió con éxito y dignidad esta tradición periodística por más de 38 años.

“Es el periodismo que mi padre deseaba se continuara a través de las generaciones, y que practicamos con el valor que marcó en nuestros corazones, con el honor, la dignidad, el orgullo, el privilegio de ser su progenie”.

Las contribuciones que El Mañana ha tenido para la sociedad neolaredense son palpables en su gente, en el compendio histórico que sus páginas significan para la población, al ser el medio de más tradición que circula por las calles de Nuevo Laredo.

Actualmente la ciudad vive un momento histórico y todos los días, es en las calles, o en las acciones de las personas que construyen esta ciudad con su trabajo donde se crean las noticias que dan testimonio de lo que somos y seremos como neolaredenses.

Será la prensa escrita con su característico olor a tinta, o serán los titulares compartidos en redes sociales que dirigen a su sitio web, pero El Mañana estará presente para seguir informando con esa capacidad humanista, libertaria y combativa, por muchos años más, siempre con el pueblo...