A poco más de tres semanas de haber llegado a Nuevo Laredo, Ozmar y Toto han encontrado una fuente de ingresos trabajando en la construcción, mientras esperan la llamada por parte de Estados Unidos para iniciar su proceso de visa humanitaria. Ambos son padres de familia, deben proveer sustento para su esposa e hijos, con quienes llegaron en abril a esta ciudad.
“Tenemos cinco días trabajando, yo tengo cuatro hijos y viene uno más en camino. Ya nos registraron para la entrevista con migración, no quisimos irnos hasta que llegue nuestra cita, por eso buscamos un empleo para mantenernos, porque nuestra situación no es fácil. Rentamos un cuartito chiquito y hay que pagarlo, además del alimento. Afortunadamente encontramos este empleo”, dijo Ozmar, de 34 años, originario de Haití.
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Junto a Ozmar, está Toto, ambos se han convertido en amigos, en esta ciudad, a pesar de ser originarios del mismo país, fue en Nuevo Laredo que se conocieron y tienen el mismo objetivo, esperan una visa humanitaria por parte de Estados Unidos.
“Ya estamos registrados, estamos esperando una cita para mí y mi familia, tengo a mi esposa y cuatro hijos, pero mientras eso pasa, debemos trabajar”, comentó Toto de 40 años.
El contratista de la obra en la que ambos trabajan destacó que los haitianos están realizando un buen trabajo, que había sido rechazado incluso por neolaredenses, pues es difícil conseguir a ayudantes hoy en día. A pesar de que más de mil migrantes han retornado a Monterrey a esperar su cita y otros ya han sido aceptados por el gobierno estadounidense, quienes siguen varados en esta ciudad han logrado colocarse en algunos empleos temporales como la construcción, guardias de seguridad e incluso en algunas tiendas de conveniencia, en las que les han brindado la oportunidad de obtener recursos propios para poder vivir dignamente en lo que se les autoriza el trámite.