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Santiago y Ángel Alameda sortean su futuro en cruceros de Nuevo Laredo

Artistas callejeros recorren el país buscando con sus habilidades llevar a casa el pan de cada día

Son originarios de la Ciudad de México y por la falta de empleo han tenido que dedicarse al malabarismo.
Santiago y Ángel Alameda.Son originarios de la Ciudad de México y por la falta de empleo han tenido que dedicarse al malabarismo. Créditos: Alan Juárez / El Mañana
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Es muy común ver en los cruceros de las calles más transitadas de Nuevo Laredo a diferentes personas haciendo malabares, mostrando su talento y destreza al manejar objetos como pelotas, aros, cuchillos, en monociclos e incluso con objetos envueltos en llamas.

Unas de esas personas son Santiago y Ángel Alameda, originarios de la Ciudad de México, a quienes actualmente los podemos ver haciendo malabares y actos de equilibrio en distintos puntos de Nuevo Laredo, ganándose el pan de cada día.

A pesar de las altas temperaturas y de estar bajo los intensos rayos del sol, buscan ganarse la vida de esta manera, saliendo desde muy temprano para llegar a su destino; desde las 9:00 de la mañana inician sus actos de malabarismo en la calle, mientras la luz del semáforo está en rojo, para ganarse unas monedas de los ciudadanos que desde sus autos observan el espectáculo.

Sin importar las altas temperaturas y el incesante sol, los artistas realizan sus malabares.

“Tengo alrededor de unos 11 años desde que inicié en las calles a trabajar haciendo malabares. Empecé viendo, me acerqué a personas que se dedicaban a esto, una persona nos enseñó a mi hermano y a mí, después mi hermano se convirtió en mi mentor y él me enseñó algunos trucos más. Los malabares antes lo hacía por pasatiempo y ahora se convirtió en el sustento de mi familia, para mí ya es mi herramienta de trabajo”, comentó Ángel.

“Llevo recorriendo Reynosa, Matamoros y Río Bravo y ahora me tocó venir a Nuevo Laredo en plan de trabajo. Tamaulipas lo conozco desde hace ocho años, estamos una temporada en diferentes ciudades y estados de la República Mexicana. La meta es llegar a Nayarit; si no lo conseguimos nos desviamos a Veracruz”, añadió.

La necesidad fue lo que lo motivó a dedicarse ya de lleno a esto, después de haberse juntado con quien ahora es su esposa y formar una familia, Ángel probó suerte en otros trabajos, pero dijo no le alcanzaba con el sueldo que obtenía en ese entonces, fue por ello que desde los 15 años se decidió salir a recorrer “el camino ninja”, como le llama.

Gracias a su destreza, distraen a los automovilistas, quienes esperan el semáforo para seguir.

“Al primer lugar que salí fue a Guadalajara, al siguiente año me fui a Querétaro, luego me regresé a la Ciudad de México y a partir de los 22 años y hasta la fecha, es que ando viajando constantemente probando suerte en otros lugares para seguir trabajando como malabarista que tanto me gusta”, recordó.

Mencionó que trabajó un tiempo en algunos circos, pero prefirió seguir por su cuenta, de manera independiente y así tener más libertad.

“Aprendí a cambiar mi mentalidad y expresarme a través de mi cuerpo. Estoy agradecido con los malabares, me han enseñado mucho”, afirmó.

A pesar de la situación económica, logra sacar para llevar alimento a su casa.

Nuevo Laredo es una ciudad generosa, no nos podemos quejar, aquí vamos a andar un poco más y luego partiremos a otro destino”, concluyó.