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¡Ojala el amor fuera tan contagioso!

Escrito en OPINIÓN el

Después de una semana como la que hemos pasado con el tema de COVID- 19, no quiero tocar el tema de la pandemia, de los contagios, de la economía y de las compras de pánico, para eso están las noticias.
Llevo toda la semana en mi casa, a veces sin poder dormir de la preocupación, a veces pintando, que es algo que amo y había dejado de hacer, pero también escribiendo. Una noche salí al balcón y me puse a pensar en todo lo que está pasando, viendo al horizonte pensé en cómo cambiaron las cosas de un día para otro, ahora tocar a las personas es peligroso, no se diga besar, eso queda prohibido.
Entonces decidí volver a escribir del amor para que quien lea mi columna se olvide por un momento de esta situación y sueñe un poco.
¡Ojala el amor fuera tan contagioso! A mí me gusta que la gente sea feliz, el mundo sería mejor si somos felices. Estamos llenos de noticias que nos preocupan y muchas veces alteran nuestra tan anhelada tranquilidad, me gusta pensar que este pequeño espacio es como un oasis en el desierto en que muchas veces vivimos, pero solo quien tenga sed beberá de él. Contacto, [email protected]

Desde Mi Ventana
Ya hacía varios días que me encontraba preocupada por la situación mundial. Todos los días las noticias que escuchaba tan solo empeoraban mi preocupación y comprendí que lo mejor que podría hacer era esperar, esperar como las mariposas esperan en su capullo para un día volar. Sola en mi refugio, me puse a reflexionar cual es la lección que debo aprender de la actual situación.
Desde mi ventana podría ver la ciudad en aparente calma, pero también podría ver y escuchar a las aves que sin temor se acercaban cada mañana a saludar. Me entere de situaciones en donde el ser humano mostro lo mejor y lo peor de sí mismo, vi como algunas personas mostraban una indiferencia hacia los demás y como otros daban más allá de lo que pensaban podían dar.
Hoy un virus nos mantiene alejados de la sociedad, las cosas que eran comunes, hoy pueden ser un arma mortal, saludar de mano está olvidado, abrazar o besar nos puede condenar a una posible enfermedad.
Entonces pensé en todos los abrazos y los besos que nos hemos negado, en todas las visitas a familiares o amigos que no hemos realizamos, en todos los lugares a los que no fuimos y hoy se encuentran cerrados.
Desde mi ventana he visto llegar el sol cada mañana y he visto transcurrir los días sin que alguien me toque o me abrace.
Pero el amor es más fuerte que cualquier virus, solo que muchas veces no lo sabemos valorar porque hay gente que es inmune, por eso ahora los besos se esconde entre nosotros y esperan paciente a que la gente entienda que la indiferencia y egoísmo es peor que cualquier enfermedad.
¿Hasta cuándo y hasta donde tendremos que esperar para que el amor nos contagie y nos volvamos a amar?
Desde mi ventana aun sola, pero no en soledad, recordé a todas las personas que están en mi vida y que no puedo ver ni abrazar, pero aun llevo guardados los besos y abrazos que esperan pacientes un día poderse entregar.
El mundo se está limpiando y nos está obligando a cooperar.