PASADIZO SECRETO

Por esta ventana miro yo mi juventud

Escrito en OPINIÓN el

Tocaste mis manos y sentí de inmediato la fuerza de tu “vida”; no puedo negar que me sentí de inmediato algo así como abatida, pues al estar aquí sola palpando los pasados tiempos, esa tu vital energía que atraviesa cual fugaz mis pensamientos, no cambia para nada mi necia actitud, al comprender que solo y por esta ventana miro yo mi juventud.
Entendí que hacia mis adentros sólo existe dolor, pero no del pesar malo, sino de ese que causa pavor, ya que aun y cerrando mis cansados ojos, el sentimiento es tan fuerte que hasta inundo de lágrimas estos mis anteojos.
Te confieso que esa prisa por encontrarme con el futuro y de frente, hizo posible que esa niñez dejara ya ausente, entonces los juegos y diversiones quedaron todos en el pasado, justo cuando poco a poco esa vida de halagos ya había fugado.
No te lo puedo negar y, aunque me sienta algo cohibida, que fue bonito ese acercamiento hacia esa otra forma de vida, sin embargo, por igual te he de externar, el no haber dejado de ser niña fue algo de siempre anhelar.
¡Por eso hoy te reto! Y aun con esta poca de vida, comprendo que de esas andanzas todo tenía su justa medida, al entender que el paso por este mundo ha sido como la suerte, que después de apostar por la vida inevitablemente lo que se gana es la muerte.
¡Anda! Aprovecha que la juventud de mí ha mudado, pues de seguro observaste que absolutamente nadie ya está a mi lado, al ser el olvido ese tu signo más que prematuro y conciso, ¡sí!, ese que con crueldad adelantas como algo preciso.
¡Mira cómo me aferro a esta vida y al momento me arrepiento!, al ver que la vida que di a este mundo en cuadros colgados sólo yo encuentro, que el amor que tuve por alguien también se alejó, ¿entonces no encuentro cómo el evitarte si esta misma vida así me dejó?
Por eso es que con mis ancianas manos corro las cortinas de esa ventana para encontrar el viento, ese que me traslade por mi mente y a través del tiempo, pues en esta habitación y aunque es duro te advierto, ¡que más de mil veces al día a día he muerto!
¡Mas he de maldecir este triste momento!, que la “vida” misma en muerte presiento, y aunque el temor que me invada logre acordarme hasta de mi nacimiento, confieso que mi sepulcro he aguantado ¡por mis hijos cual sufrimiento!
¡Ya! Toma mis manos y si quieres ya no las sueltes más, la “vida” es muerte por lo que te aseguro que no lo dudaré ya más, pero algo sí te digo que de mi corazón nunca arrancar podrás, este mi amor por mis hijos que en vida y después de muerta, ¡juro por Dios!, que no apartaré jamás.
El Día de los Fieles Difuntos se acerca y más se siente, por lo mismo el recuerdo hacia los seres queridos se hace más presente, sin embargo, cierto es que a los que la inevitable muerte ya ha tocado, indudable es que hoy se enfoca hacia ellos todo el sentimiento anhelado, pero a esos seres queridos que aún se encuentran a un lado, brindarles por igual el tiempo es algo obligado, entonces ir en busca de ese hogar del que habías partido, justo es devolver a ellos la vida y rescatarlos de esa “muerte de olvido”.