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¿Celebrar o no celebrar?

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El próximo fin de semana se celebrará uno de los eventos más coloridos, cuyos adornos solamente son superados por los tiempos navideños. ¡Vaya!, ¡ni en septiembre hay este empeño por adornar tanto comercios como hogares! La avenida Guerrero se convertía en todo un desfile que, sin acarreados, mostraban alegres sus disfraces, al ritmo de la música. Sin embargo, aunque todos conocen el nombre de la fiesta, ni conocen el origen, ni la razón por la que se celebra así. En realidad, lo único que importa es el festejo.

Buscando en Wikipedia, encontré estas ideas relacionadas con el festejo:

“Hoy en día, Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense. Algunos países iberoamericanos, conociendo aún esta festividad, tienen sus propias tradiciones y celebraciones ese mismo día, aunque coinciden en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos:
En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween celebrándolo con fiestas y disfraces. Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original se ha arraigado de nuevo.

El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.

En esa noche, los espíritus visitaban las casas de sus familiares y para que los espíritus no los perturbaran, los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto, los espíritus no molestaban a sus familiares; si no era así, los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas”.

Hoy se ve con otro punto de vista esta celebración. La SEP busca priorizar las celebraciones mexicanas y, tanto la Iglesia católica como las cristianas, ven estos festejos con recelo, porque suelen mezclarse con elementos contrarios a la fe. Un sitio católico en la web nos ofrece el siguiente comentario:

“¿Hay cosas acerca de Halloween que son prácticas anti-cristianas y deben ser evitadas? ¡Absolutamente sí! Si los padres van a permitir que sus hijos participen de Halloween, deben de asegurarse de que no se involucren en los aspectos más oscuros de ese día. Si los cristianos van a tomar parte en la fiesta de Halloween, sus actitudes, vestimentas y lo más importante, sus comportamientos deben aun reflejar una vida redimida. Hay muchas iglesias que tienen “festivales de la cosecha” e incorporan vestuarios, pero en un ambiente devoto. Hay muchos cristianos que distribuyen tratados que comparten el Evangelio junto con los dulces de Halloween. La decisión ultimadamente nos toca hacerla nosotros mismos. Pero como en todas las cosas, debemos de incorporar los principios de Romanos 14. No podemos permitir que nuestra convicción con respecto a cierto día de fiesta cause división en el cuerpo de Cristo, tampoco podemos usar nuestra libertad para causar que otros tropiecen en su fe. Debemos de hacer todas las cosas como agradan al Señor”.

Hasta aquí el comentario de web. Creo que la sensatez es la que nos debe llevar a aceptar o no aceptar lo que propone la sociedad, pero, no por lo que hagan los otros, sino por hacer lo correcto. Pero en ello, como siempre, usted tiene la última palabra.
padreleonardo@hotmail.com