RÍO REVUELTO

Lo dejan morir en el Civil

Escrito en OPINIÓN el

En Nuevo Laredo no faltan empleos, falta que la gente los quiera tomar, pues actualmente hay más de 7 mil vacantes por toda la ciudad en el comercio formal, industria maquiladora y transporte de carga.
Un factor determinante en este fenómeno es que muchos neolaredenses optan por ser sus propios jefes a través de microemprendimientos, pues según datos del IMCO, en Nuevo Laredo el 23.9% de la población ocupada se encuentra en condiciones de informalidad laboral, un porcentaje favorable al considerar que el promedio de todas las ciudades de México asciende a 46.1%.
Eso se ejemplifica con toda claridad en las “pulgas” que cada año son más grandes y que se extienden a más colonias, además de la oportunidad que han encontrado muchos para vender artículos diversos a través de redes sociales o los puestos de comida que también se han sumado a la informalidad, pero junto con los otros mencionados, llegan a configurar un sustento para miles de familias que viven de manera digna.
Claro que no todo es felicidad, pues suelen quedar en un limbo de incertidumbre en cuanto a las prestaciones que brinda la formalidad, como la cobertura de seguridad social, fondos para el retiro, entre otros beneficios que deben costear por su cuenta.
Para países en vías de desarrollo como México, la informalidad ha sido un recurso para que un segmento numeroso pueda tener ingresos suficientes para una vida digna, que de otra manera sería difícil solventar por las vías usuales, aunque en Nuevo Laredo queda claro que no se trata de desempleo como tal, pues existen miles de vacantes, básicamente lo que falta es quien quiera ocuparlas.
En la última semana el Hospital General y el Civil prácticamente han dejado morir gente que va en busca de atención médica.
Ayer un hombre conducía una camioneta cuando le sobrevino un infarto justo frente al Hospital Civil, uno creería que tenía todo para salvarse y en teoría sí, pues las personas que atestiguaron el incidente solicitaron ayuda al personal médico y les dijeron que “ahí iban”, pero nunca llegaron a pesar de estar a sólo unos pasos.
El hombre falleció al interior de la camioneta, a unos pasos del hospital y del personal médico que podría haberle salvado la vida si quisieran.