PASADIZO SECRETO

Con su renuncia, Ernesto Ferrara se ‘lava las manos’

Escrito en OPINIÓN el

Como preocupante se puede juzgar la reciente dimisión del máximo dirigente del panismo local, al anunciarlo precisamente en este momento en que las acusaciones hacia sus militantes, que formaron parte del Cabildo anterior, están llegando en cascada; por esto, se puede considerar que prácticamente con su renuncia Ernesto Ferrara se “lava las manos”.
Este acto de ninguna manera ha pasado desapercibido por la ciudadanía de Nuevo Laredo, al no estarlo considerando como un necesario o acostumbrado enroque dentro de las filas de dicho instituto político, sino más bien, como claro reflejo del desgajamiento interno ocasionado principalmente por esa derrota en las pasadas elecciones.
Dejando claro con esto, que esta renuncia y por lo que se ve, surge no por el cargo que ostenta el licenciado Ferrara en la actual administración municipal, al entender, que políticamente hablando tiene más presencia y poder una dirigencia partidista que una regiduría, sino porque están ganando peso las acusaciones hacia sus expupilos panistas, esos que él representaba.
Cierto es que no solo es del interés de la militancia panista lo que se haga o no dentro de sus filas, al comprender que en estos momentos y por igual preocupa a la misma ciudadanía todos sus movimientos.
Al ser el PAN local, ese al que por varios años se le confió y a través del voto la administración de esta ciudad, entonces no es permisible y de ningún modo, que de la noche a la mañana y ante tanto reclamo hacia sus propios y aun militantes que la conformaron, su líder se deslinde de sus responsabilidades.
Por esto es que inquieta la salida voluntaria del licenciado Ernesto Ferrara como presidente del comité directivo municipal del PAN en Nuevo Laredo, al estarse contradiciendo de sus obligaciones, de sus estatutos al abandonar silenciosa y precipitadamente su cargo.
Esto quizás para evitar cualquier comentario, no ofreciéndole al pueblo que creyó en ellos para ser gobernados ningún tipo de justificación válida, ni hacia su militancia que fielmente los apoyó en todo.
No es por demás recordar que el Partido Acción Nacional local (PAN) hace escasos años gozaba entre la ciudadanía de Nuevo Laredo de mucho prestigio y aceptación, al ser conformado y por varias décadas de personajes de mucho arraigo, por lo mismo queridos y apoyados en todo lo que emprendían a favor de esta frontera.
En donde uno a uno y con total sinceridad, encumbraban, dirigían a este partido azul hacia algo nuevo, hacia ese logro nunca antes visto, el posesionarse como ese instituto político único e indiscutible para cambiar los rumbos, la forma de gobernar a esta ciudad.
Concepto que la mayoría de la ciudadanía creyó, al venir de gente trabajadora, empresarios, profesionistas enormemente identificados y fieles a los estatutos y políticas de su partido, el PAN local.
Y que por lo mismo derramaban esa camaradería en sus actos, en sus promesas, en sus acciones, pues entre ellos aun no existían las palabras traición, injustificada renuncia o la más desagradable como es la corrupción.
Agregar, que últimamente y bajo este nuevo panismo, las salidas, los desacuerdos, era el tema diario entre sus militantes, en donde la figura del presidente del Comité Directivo Municipal del PAN a cargo del licenciado Ernesto Ferrara, era ese principal como el que no toleraba que se dejaran las filas de dicho partido político, por lo mismo fue de puertas cerradas ante sus propios identificados militantes.
Entendiendo que esas acciones de los panistas en su mayoría se daban a que estaban siendo desplazados para darle espacio, tiempo y privilegios a esos nuevos integrantes venidos de partidos rivales, “amansados” bajo el partido azul, pero rebeldes ante decisiones o actos políticos externos.
Por esto, es que el PAN se llenó de una nueva “especie” dentro del panismo local, esa que “carcomió” y en pocos años, lo que esos viejos panistas habían construido en muchas décadas, como fue esa fortalecida credibilidad y honorabilidad política, entonces y por esto, deberían hoy esos viejos panistas desplazados, reclamar lo que ellos bien dirigieron y devolver esa dignidad al PAN local nuevamente.
Es lamentable que haya funcionarios o líderes de partidos que pertenecieron o estuvieron involucrados con la anterior administración municipal, sí esos que directa o indirectamente tomaban decisiones, o tenían a cargo algún tipo de representación ya fuera partidista o como funcionario directo.
Pues cierto es que, ellos fueron los mismos que en su momento o apoyaron, o levantaron la mano para autorizar muchas de las obras o situaciones que hoy en día esta nueva administración municipal han estado duramente cuestionando, señalando.
Por esto, es que debería ser una vergüenza el estar ocupando un lugar como representantes de algún sector de Nuevo Laredo, al saberse que fueron ellos mismos los que a través de su aceptación, participación, acción, omisión o contubernio, contribuyeron a que la ciudad en cuestión de obra publica haya caído en lo mas bajo.
Por lo que el renunciar y dejarle su lugar a su suplente, si esos que tienen mejores intenciones, que no cargan ni arrastran ningún pesar político, por lo mismo que vienen con mas ánimos de trabajar por Nuevo Laredo, es el deber ser.
Tanto a la nueva dirigencia del Partido Acción Nacional local (PAN), como de su hoy exdirigente, les debe quedar claro que representar o administrar a Nuevo Laredo no es un juego, que deben por lo mismo ser responsables de sus actos como integrantes de un partido político, por lo que no actuar rebeldemente, ni mucho menos emprender la huida a las primeras de cambio, hablara bien de ellos dentro de su actual o futuro perfil político.
Entender que no se puede dejar a un lado y de la noche a la mañana esas tareas que se tuvieron y de las cuales incluso juraron el desempeñarlas eficientemente, ya que esos cargos partidistas, no son para hacer currículum político, al ser o estar estos encaminados íntegramente hacia esos objetivos principales, como es el administrar y representar en su momento y gracias al voto favorable a la ciudadanía.
Por todo esto, debe quedar claro que a la mayoría de la ciudadanía no le duele en si su salida como presidente del Comité Directivo Municipal del PAN en Nuevo Laredo, sino mas bien lo que le preocupa es su silencio.