MIRADOR

Mirador

Escrito en OPINIÓN el

Soy hombre de poco dormir, aunque de mucho soñar.

Eso no es cosa de la edad: desde muy joven tenía suficiente con cinco horas de sueño, para molestia de mi hermano, preocupación de mis papás y desconcierto de los médicos.
Anoche eran las 5:00 de la mañana y estaba ya en mi sillón de la sala tomando mi café y leyendo en mi tableta los periódicos del día.
De pronto escuché un extraño ruido. Pensé que venía de la cocina, y fui a ver si algo pasaba con el refrigerador o con el aparato expendedor del agua. Todo estaba en orden.
Entonces afiné el oído.
¡Estaba lloviendo! El ruido lo hacía la lluvia al caer sobre los domos del techo. Se me alegraron el corazón y el alma. Para quienes vivimos cerca de la tierra, y estamos cada vez más cerca de ella, la lluvia es un milagro divino, más milagroso aún que la multiplicación de los panes y los peces o la resurrección de Lázaro. La lluvia es la providencia del Señor; es la casa, el vestido y el sustento.
Volví a mi sillón, pero no volví ya a mi tableta. Cerré los ojos, y me quedé dormido con el arrullo de aquella música del cielo.
Esto sí es cosa de la edad.
¡Hasta mañana!...