APUNTES DESDE MI CASA

Los comics (1)

Escrito en OPINIÓN el

Así comenzaban los cuentos: Hubo una vez… Bien, pues, hubo una vez en que la diferencia de pensamientos emitidos en público, no generaban conflicto. Se podía llamar a las cosas por su nombre sin causar resentimientos. No había restricciones para el fondo de una expresión, pero se cuidaba que la forma no incurriera en lo ordinario o corriente.
A falta de sistemas electrónicos, los aconteceres de la vida cotidiana se reflejaban en las tiras cómicas de los periódicos, y después, en los comics. Muchos guionistas y dibujantes fungieron como cronistas de su tiempo, señalando fallas y virtudes de la sociedad manifestada antes y después de las dos guerras mundiales.
Al respecto, y sin haber acusado daños emocionales ni psicológicos, las personas nacidas a partir de la tercera década del siglo XX, disfrutamos y reímos, sin profundizar demasiado, con todo lo que se hablaba y ocurría en aquellas publicaciones de la agencia King Features Syndicate, adoptadas después en México por Novaro y algunas otras editoriales. Aproximadamente, a finales de  los años ochenta, salieron de circulación en nuestro país la mayoría de los comics conocidos a nivel mundial.

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Probablemente la primera tira formal haya sido Maldades de dos Pilluelos, creada en 1897 por el alemán Rudolph Dirks para el New York Journal. Inicialmente fue llamada “Los Katzenjammer”, cuya traducción indica el ruido escandaloso de unos gatos cuando se enfrentan. Igual de revoltosos y peleoneros eran los gemelos Hans y Fritz, que constituían un permanente dolor de cabeza para quienes conformaban una atípica familia: la madre, doña Catana; el Capitán, (enamorado platónico de la mamá) y el viejo Inspector, que fungía a veces como abuelo.
Debido a los prejuicios contra Alemania durante la Segunda Guerra, dejó de llamarse Los Katzenjammer para usar Maldades de dos Pilluelos o El Capitán y los Cebollitas, y a los pequeñines se le cambió la nacionalidad a holandesa. Lo que no varió fue el carácter revoltoso de los niños, sus faltas de asistencia a la escuela para irse de pesca, las diabluras y repetidas bromas a sus mayores, a pesar de que invariablemente terminaban recibiendo nalgadas, como castigo. Para nuestros ojos infantiles fueron divertidísimas y muy entretenidas estas aventuras, así como el correctivo que merecían sus pícaras trastadas.

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En contraste, Bud Fisher crea en 1907, un personaje adulto: Augustus Mutt, tipo alto, flaco, narizón, con bigote mal cortado, aficionado a las carreras de caballos. Era flojo y sin oficio. En 1908, en un manicomio conoce a Jeff: bajito, medio calvo, con patilla y bigote unidos. Muy ahorrativo y discreto. En español se llamaron Bentín y Eneas, pareja dispar que, en sus episodios, emitieron crítica social y política.
Alrededor de 1913 surge Educando a Papá, de George McManus, protagonizada por los esposos Pancho y Ramona, nuevos ricos que ridiculizaron a la clase burguesa con su comportamiento exagerado, después de sacarse la lotería.
Anita la huerfanita, de Harold Gray, nace en 1924 como una niña de espíritu inquebrantable. A lo largo de los años, su benefactor es Daddy Warbucks, un personaje poderoso que bien pudiera simbolizar la imagen del sueño norteamericano. Anita es como un emblema de la ideología derechista usada contra el comunismo.
Creación de Edgar Rice Burroughs, con dibujos de Hal Foster, Tarzán el hombre mono comenzó a publicarse como tira en 1928. La sorprendente historia del aristócrata abandonado en la selva y criado por una hembra gorila, fue un éxito tremendo. Una de sus facetas era encarnar no sólo la fortaleza física del hombre, sino la que se sobrepone ante cualquier situación por extraña y dificultosa que sea.
En los comics de Tarzán, se incluía un suplemento titulado “La  hermandad de la lanza”, protagonizado por dos matrimonios: Dan-el y Tavane, de la tribu blanca Aba-zulú; y Natongo y Zulema, de la tribu negra Tungelu. Estaban unidos para defenderse en contra de sus enemigos comunes. Con ellos, probablemente, se dejaban entrever ciertas intenciones para conquistar logros por los derechos civiles. Los dibujos de Jesse Marsh, sobre una idea de Gaylord DuBois.
Ubicada en el siglo XII, y en el reino de Camelot, el Príncipe Valiente recreaba sus aventuras en torno a la mesa redonda del Rey Arturo. Valiente estaba casado con Aleta, reina de las Islas Brumosas. La historia fue creada por Harold Foster en 1937 para los anexos dominicales de los periódicos.

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 Apoyado de vez en cuando por carteles, Henry, el niño mudo creado por Carl Anderson, comenzó a publicarse en 1934. El dibujo de un chiquillo cabezón, calvo y sin boca, caminando por las calles de la ciudad, con la pretensión de comprar un helado a bajo precio, fue eco de la crisis social y económica que afectó casi una década a Estados Unidos y muchas partes del mundo.
La ausencia escenográfica y el ambiente desolado en torno a Henry, en la tira, fue modificado cuando el protagonista se trasladó al cuaderno, donde surgió un elenco allegado y fondos ambientales, así como su noviecita Henrietta. En Henry predominaron sus acciones decididas e ingeniosas por encima de su mudez, interpretada como parte de su personalidad, porque el personaje tenía poco qué decir, pero mucho qué demostrar.

(Continuará).

Mérida, 18 de abril 2021