RÍO REVUELTO

Y@ pierde los estribos

Escrito en OPINIÓN el

Muy mal se está viendo Yahleel con la actitud que ha mostrado, pues si bien está en todo su derecho de pedir recuento y cuanto recurso legal se le ocurra, la forma en que lo está haciendo, definitivamente no es la adecuada, pues su expresión lejos de mostrar tranquilidad -como lo ha querido aparentar con su sonrisa forzada-, revela una actitud de desesperación y la impresión que muchos han percibido de ella es que está perdiendo los estribos.

Ayer el ambiente era más tenso que nunca, dentro y fuera del Consejo Municipal del Ietam, los contrastes de los ánimos muy marcados, pues las tendencias no se movían de manera significativa, prácticamente se mantenía en la misma proporción, favoreciendo a Carmen Lilia, quien se mostró tranquila todo el día de ayer, mientras que Yahleel insistía en manejarse con cifras que argumentaba le daban el triunfo al PAN, además de vociferar que se habían encontrado anomalías, cuestión que después fue desmentida por el titular del Ietam.

Si pretendiéramos tratar de comprender la desesperación que ha llevado a Yahleel a actuar como lo está haciendo, debemos comenzar por saber que su carrera política podría estar llegando a una abrupta pausa a pesar de ser joven aún, pues al PRI ya no puede regresar y en el PAN no la quieren los verdaderos panistas -mientras que su padrino García Cabeza de Vaca se cae-, también de que habría quedado en deuda con varios inversionistas que pusieron fuertes sumas a su campaña, además del que le sacaron al erario.

Si la volvemos a ver, sería contendiendo por otro partido, pues ya no tiene cabida en los dos partidos a los que ha pertenecido; deberá tener otro modus vivendi, pues siempre vivió de la función pública.

Rivas fue apaleado por Gabriela Regalado, de Morena, lo que sólo nos hace pensar que hasta los propios panistas pudieron haberle otorgado un voto de castigo, pues los sufragios comprados no le alcanzaron para ganar, dejándolo humillado con más de 9 mil votos por debajo de su contrincante victoriosa.

Esa derrota significa el fin de su carrera política, deberá administrar bien los millones que se robó, si es que le queda algo luego de enfrentar la fiscalización que seguramente hará la administración entrante, que no solapará las anomalías en los manejos de su gestión.