PASADIZO SECRETO

El ‘Chale Boy’ Carlos Cantú Rosas (de aniversario de Nuevo Laredo)

Escrito en OPINIÓN el

Remembrar en estas fechas de Nuevo Laredo es más que merecido, a sus hombres y mujeres que de cierto modo le han servido, pero nadie lo podrá negar, que, sin tanto rebuscar, entre esta ciudad y sus cosas, esa historia encontrará del “Chale Boy” Carlos Cantú Rosas.

De importantes temas siempre se hablará, pero al tratarse de política a un lado nunca se dejará, ese histórico suceso por este gran hombre lograr, quien pudo a través de la lucha política a este pueblo “desencadenar”, sí, de esta constante y de un solo partido su gobierno, sí, de sumisión y sometimiento al día ya casi eterno.

Por cualquier sitio que se transite en esta querida frontera, el logro del “Chale Boy” se percibe donde quiera, pues el haber tenido esa visión de buen gobierno, fue más que suficiente para darle a Nuevo Laredo ese rumbo alterno.

Por supuesto que la gente de antes lo lleva en su recuerdo de sobra, lo demuestra esa gran estatua flanqueada por esa su inmensa gran obra, ahí cada neolaredense o visitante que pasa, una a una de sus grandes acciones por su mente repasa.

Para el licenciado Carlos Cantú Rosas horizontes no existían, pues los beneficios como alcalde por todos lados fluían, entonces es por lo que del mismo modo estas nuevas generaciones, lo han reconocido como ese político ilustre por sus actos aún palpables, no por narraciones.

¡Caballero, hágase pa’ca!, no ve que el sol está que quema, o a quién quiere impresionar, ¡ah, ya sé! Apoco está viendo este monumento, le pregunto sin quererlo molestar, ¡fíjese! Ya hacía falta de esta forma el honrar, al queridísimo “Chale Boy” un político espectacular.

No es por quererlo impresionar, pero yo “devisaba” a diario a este señor en sus tiempos de alcalde, siií, en este mismísimo sitio él transitaba a pie y no le hablo en balde, de esos tiempos ya era un joven y aunque de política entendía un poco, con gusto recuerdo a este señor a quien casi a diario yo evoco.

Por favor y escúcheme, él era un personaje muy alto y de actitudes muy respetables, portaba en ocasiones traje a cuadros y sus lentes inseparables, traía el pelo abultado, pero muy bien acomodado, no usaba bigote y por su brillo usaba buen calzado.

Le cuento que yo muy bien observaba, que la gente como artista de cine lo miraba, ¡vea! Por estas escaleras acostumbraba a subir a su oficina, sí hasta esos ventanales que tapaba la cortina, caminaba por esta parte de arriba del “Palomar”, a su paso la gente lo abordaba para un apoyo lograr.

No recuerdo cuántas veces la gente lo lograba el saludar y saludar, él con gusto se detenía y escuchaba y escuchaba sus peticiones sin un momento el descansar, ¡mire esta era su oficina! Qué lástima que no se remodele o desocupe para hacer de ésta un museo de esquina a esquina.

Discúlpeme joven, pero ya no lo dejé hablar, me emocioné tanto frente a este monumento del señor Cantú Rosas qué más le puedo expresar. ¡No se preocupe mi amigo! Al igual que usted también admiro al licenciado, gracias a él, Nuevo Laredo sigue su rumbo por él tanto deseado.

Junio es el mes de aniversario de Nuevo Laredo; sin embargo, justo es el recordar a esos grandes hombres y mujeres que lograron con su esfuerzo y cariño día a día el moldearlo, y aunque las tristezas hayan invadido en tiempos pasados, no está de más el seguir invocando con un buen recuerdo el legado de Nuevo Laredo.