SELVA URBANA

Auditor estatal bandido

Escrito en OPINIÓN el

Es ingeniero y cobra, birla, esquilma y transa como Auditor Superior del Estado (ASE). Se trata de Jorge Espino Ascanio, ¿es ingeniero porque se las “ingenia” para lucrar con los alcaldes faltones y rateros como el fronterizo Enriquecido Rovas y el victorense Xicoténcatl González Uresti a los que nada más no les hizo nada?

El ASE no hace nada, como muestra un botón, solamente citaremos el año administrativo 2019 en Nuevo Laredo, con la grosera cantidad de 3 mil 630 millones 399 mil 130 pesos de presupuestos de egresos que ERC se papeó.

En el reporte individual realizado y entregado en febrero del 2020, la ASE declara que solo revisó el 15.7 por ciento del destino del presupuesto de egresos que manoteó, manoseó, manejó y sabroseó este su alcalde de ustedes.

Y Jorgito Espino no se quiso espinar y al final de “tan rigurosa” auditoría, sólo le encargó que aclararse el origen y destino de un gasto de 113 mil pesos ¡no 113 millones, sino míseros 113 mil pesos!

Irrisoria suma que el hampón de casa se los ha de haber chutado en una de sus muchas francachelas en jet privado, volando a las mafufas y banales premiaciones de los “mejores” alcaldes de México.

De los cinco años de nuestro ladrón local, el raterazo de Espino Ascanio se la elongó con esa babosada de exigirle que aclare 113 mil pesos.

Por orden de su patrón “El Chompa de Res”, Jorge Espino tiró a león los cinco años de Rovas, igualito que no le hizo nada a Xicoténcatl González Uresti, el pillo victorense que se bebió todo el presupuesto de la capital estatal, pero que al final negoció con Cabeza entregarle la alcaldía capitalina a la prima de la esposa del susodicho goberladrón.

EL AUDITOR CARNAL

El ingeniero Espino (ingeniero y es auditor el bato) a Rovas sólo le revisó el 0.003 por ciento del presupuesto de un solo año. Y mientras que en Nuevo Laredo sube la ira del pueblo hacia un alcalde que se burló de toda la ciudadanía dejando a la ciudad dada al cuas, Espino Ascencio, con la complicidad pasiva de los diputados locales Imelda Sanmiguel Sánchez y Félix Fernando García Aguiar (y pensar que el pueblo los premió reeligiéndolos ahora este 6 de junio), se panalea de lo lindo con la lana que el maleante de esta ciudad le entregó para que no se la hiciera de tos (por orden del gobernador).

Del gasto 2019 (3 mil 630 millones), Espinoza Ascanio sólo revisó sobre 476 millones de pesos que significan 15.72 por ciento de los egresos devengados en el año.

Y solo fiscalizó el 22.66 por ciento de la obra pública local.

La ASE tampoco explica por qué quedó un subejercicio de 242 millones de pesos, sólo ese año de 2019, ¿a dónde se fue tan respetable suma?

Espino como “Auditor Carnal” e Irvin Barrios Mujica como “El Fiscal Carnal” de Pancho Maceta de Buey, sólo persiguen y castigan a los enemigos de este hamponcísimo lucero nacido en McAllen, Texas.

Como es el caso de Reynosa, donde ya le cayeron a las patadas a Maky Ortiz, la ASE le realizó observaciones por más de 495 millones de pesos, en un sólo año.

Eso se llama terrorismo de maleantes en contubernio, Ascanio sólo sigue órdenes de su patrón y a la hora de que haya alguna flatulencia en el ejido, pues ahí tienen a todo el Legislativo, entregado, sumiso, comprado y a la orden del amo.

Nuestros diputados Imelda Sanmiguel y Félix García como perros de rancho (cuando hay fiesta los amarran, pero cuando hay broncas lueguito los sueltan) están para entrarle a las tarascadas contra quien les indique su patrón el goberladrón.

¿QUIÉN ES JORGE ESPINO ASCANIO?

El 29 de diciembre pasado (la mañana después al “Día de los Inocentes”), Carmen Aristegui publicó a nivel nacional que Jorge Espino Ascanio empleó como su asistente personal como auditor superior a su hijastra Alejandra Melissa Calzado Saldívar y antes, contrató como secretaria particular a su otra hijastra Jessica Mabel Calzado Saldívar, hijas de una comunicadora llamada María Guadalupe Saldívar Villasana quien factura al gobierno municipal de Nuevo Laredo, lo mismo que al de Victoria (de Xicoténcatl González), se lee en la nota nacional.

Las chicas son hijas del periodista Víctor Calzado González quien está reportado como  desaparecido desde el 10 de septiembre del año 2011, en Ciudad Victoria, según el reportaje de Aristegui.

El insultante nepotismo de Espino fue avalado por el director general de Administración y Finanzas, Pedro Sosa Rodríguez y por el subdirector de Recursos Humanos, Carlos Alberto Hernández Vicencio.

Jorge Espino fue elegido auditor por un periodo de siete años, por la mayoría (panosa) del Congreso de Tamaulipas, el 9 de febrero del año 2017.

O sea, este wey va a cuerpear al Chompa de Res, hasta febrero del 2024, dos años después de que haya dejado el cargo de ejecutivo estatal ¿o ejecutor del estado?

Ahí nada más chútense esa historieta de Jorge Espino Ascanio, estimados lectores.

¿Estamos viviendo bajo un estado de corrupción?, ¿estamos sometidos a un cartel de bandidos azules con cuernos largos?

Les diríamos que les preguntasen a los 16 guatemaltecos ejecutados por los GOPES en Ciudad Mier, pero resulta que ya esos pobres indocumentados no pueden hablar, porque los matones con charola de Cabeza los pasaron al otro mundo antes de que alcanzaran el “sueño americano”.

Auditor carnal, fiscal carnal, chotas sicarios, vivimos en un estado de terror, horror, pánico y miedo atroz, donde además de perseguir, encerrar y echarse a los políticos y a los maleantes contras, los propios pillos de ellos en las más poderosas posiciones de la función pública, se desviven en proteger a sus hampones aliados.

Todo es una cofradía bien perra y cerrada, en la que ejecutivo, legislativo y judicial (ríos de tinta y kilómetros de papel harían falta para escribir sobre el presidente de la justicia en el estado, un tal Horacio Ortiz Renán).

Feliz domingo y que todos alcancemos un feliz primero de octubre, fecha cuando entrará otro legislativo al estado, un colegiado mayoritariamente opositor al partido panucho y además tendremos un nuevo gobierno municipal que le escudriñará todo sobre esos cinco años de negligente, nefasto y delincuencial administración de Enriquecido Rovas.