PASADIZO SECRETO

‘Abortan’ el quinto mandamiento católico

Escrito en OPINIÓN el

Causa sorpresa que en México, en donde sus pobladores son en su mayoría católicos, surjan leyes contrarias a sus doctrinas, normas que jurídicamente destruyen esos sus sentimientos de fe, dar cuenta, que, para los juristas, el propio derecho objetivo tiene esa facultad de destrozar entre los individuos esos preceptos divinos, ver entonces y con incredulidad como es que con sus acciones “abortan” el quinto mandamiento católico.
No matarás, es y ha sido por siempre uno de los mandamientos más presentes entre sus fieles por parte de la Iglesia Católica, en el cual, sostiene y mantiene toda su atención para que sus fieles no falten a este precepto, en consecuencia, no atenten contra la vida misma, esta se respete desde su misma concepción.
Por su parte, el Código de Derecho Canónico en su apartado de las sanciones de la Iglesia Católica, en su titulo VI de los delitos contra la vida y la libertad del hombre, especifica claramente en el numeral 1398 lo siguiente: “Quien procure el aborto, si éste se produce, incurrirá en excomunión “latae sententiae” (pena impuesta).
Exigiendo entonces con esto la propia Iglesia Católica, ese respeto hacia la vida misma, que ese daño a la humanidad no se procure, ni se concrete, ser y a través de los preceptos morales y religiosos, esos protectores hacia los más indefensos.
Año con año las estadísticas oficiales resaltan a México como ese país mayormente católico, reconocer que esos mismos informes certifican que otros muchos grupos de mexicanos profesan diversas creencias religiosas, pero con similares ideologías a la del catolicismo.
Este fenómeno por supuesto que inquieta, al entender que si todos los mexicanos, o en su mayoría como creyentes de algún tipo de religión, sostienen su forma de vida en o a través de principios religiosos, cuestionable es el porque al momento de actuar ante la propia sociedad, esos deberes que rigen su vida, y para lograr sus propósitos personales, se hacen completamente a un lado.
Por supuesto que no se puede obligar a que todos piensen del mismo modo, al entender que los individuos son propios de opinar o actuar como mejor le plazca o le convenga, pero el hecho de generalizar el aborto como un grave problema social en donde se involucran sentimientos, moralidades, religiones, tradiciones, derechos o porque no hasta economías, si que preocupa, pues por igual se atenta y se desprotege ventajosamente a ese resultado, para lograr a manera de triunfo otro objetivo.
Con esto, se puede afirmar que tanto la Iglesia Católica como otras muchas religiones en México, se están yendo prácticamente al precipicio, al entender que sus bases de divinidad, moralidad, fe y respeto ya no están funcionando entre sus fieles.
Al ya no aceptar ni desear lo que estas les han impuesto, ofrecido, al constatar que en las ultimas décadas, esas prohibiciones, esos denominados “pecados” como la diversidad sexual, como el acto de adopción entre parejas del mismo sexo, del propio matrimonio igualitario que duramente han sido atacadas y señaladas, hoy forman parte de la vida diaria y común de toda sociedad, viéndose que no afecta ni pasa absolutamente nada.
Entonces y quizás haciendo a un lado ese sentimiento religioso, se logre entender que la mujer efectivamente tiene ese derecho de exigir sobre su propio cuerpo esa completa libertad, el de aceptar o no el proceso de gestación.
Así mantenerse al margen de ser juzgada por la sociedad, no criminalizarla por sus actos relacionados a una concepción, no ser victima por vergüenza o desconocimiento al ponerse en manos de “comadronas” o parteras caseras, de inexpertas que proporcionando “brebajes” como era y ha sido común entre los mexicanos, le produzcan lesiones dejándolas estériles, con daños irreversibles o causándoles la muerte.
Será por esto que en los últimos años en ciertos puntos de México poco a poco se ha ido legalizando esta práctica, que por lo mismo los códigos penales de algunos estados habían permitido ese derecho.
En Tamaulipas las estadísticas sobre estas prácticas no fluyen, en Nuevo Laredo por igual son temas todavía muy cerrados, muy delicados para la sociedad, al no aceptarse o verse como una situación normal, quizás a falta de una ley como la que actualmente se aprobó, la que seguramente quitará y gradualmente no solo entre las féminas si no entre las propias familias ese temor y vergüenza.
Por supuesto que a nivel nacional muchos aplaudirán esas medidas tomadas por el máximo tribunal constitucional, entre otros las católicas por el derecho a decidir (CDD) que, si aprueban el aborto.
Pero al menos en Nuevo Laredo, existe una asociación civil denominada “Derechos del Concebido” que tiene por tarea y finalidad el promover el reconocimiento de los derechos humanos del concebido.
Asociación en contra del aborto que a nivel local, nacional e internacional ha realizado marchas, pláticas, denuncias, quejas difundiendo ese claro mensaje de ser la voz de los que no tienen voz.
Destacando dentro de sus labores, intervenir sobre la nula aplicación de deberes en hospitales públicos sobre el correcto destino de fetos que por cualquier motivo hayan sido ahí confinados.
Por todo esto cierto es que las mujeres han logrado por fin tener esa certeza de derecho sobre lo que quieren y no hacer con su cuerpo, de esa concepción como resultado de una relación consensuada o producto de una agresión, sin que nadie las juzgue, sin que nadie las señale o culpe.
Sin embargo, ese logro deberá traer por igual legislaciones correctas y precisas sobre esta práctica del aborto, al normar las nacientes o ya existentes clínicas autorizadas para dichos fines, establecimientos médicos que calladamente eran esos claros promotores para que se legislara y autorizara este acto.
Así mismo, se deberá poner mucha atención en el destino que tendrán esos embriones o fetos, no enfocándose los involucrados solo en la practica abortiva, si no emparejándola a ese sentimiento moral, religioso o de fe para al menos aligerar ese acto y darles una merecida sepultura.