PASADIZO SECRETO

Ciudad Victoria, un fracaso como capital tamaulipeca

Escrito en OPINIÓN el

Muy pocos tamaulipecos consideran como un atractivo principal el acudir a pasear, conocer o disfrutar de esa su capital a falta de sitios culturales o recreativos, de caminos bien trazados, sin embargo, cierto es que muchos obligadamente acuden solo a realizar algún trámite; entonces se puede considerar que es y ha sido a través de los tiempos Ciudad Victoria, un fracaso como capital tamaulipeca.

Esa antigua Villa de Santa María Aguayo, hoy Ciudad Victoria, al menos para infinidad de neolaredenses no es mas que un símbolo, al entender que lejos se está de apreciarla como su capital ante esa falta de interconectividad terrestre o aérea, de esa nulidad en atractivos turísticos especialmente familiares.

Quizás décadas atrás cuando Tamaulipas aun no tomaba forma ni política ni comercialmente hablando, se podría aceptar y entender que Ciudad Victoria, enclavada y rodeada de muchas ciudades hacia el sur del estado, era ese sitio indicado, idóneo para de ahí dirigir, concentrarse su gobierno.

Pero por lo que se ha visto plasmado en su historia, desde ese año de 1825 en que se le dio el rango de capital tamaulipeca, absolutamente nada destacado ha sucedido, al constatar que al menos en cuestión de identidad comercial entre sus similares ciudades, tampoco se ha dado.

Este fenómeno surge, principalmente a ese alejamiento, a ese escaso o nulo interés de los gobernantes que ha tenido Tamaulipas en facilitar, acercarse más a sus otras poblaciones, al entender que Ciudad Victoria como capital, si que esta mal ubicada sobre todo para los establecidos hacia el norte.

Y no es que se quiera menospreciar o minimizar el progreso o la pujanza de las ciudades como Tampico, Tula o Jaumave, entre otras no menos importantes que están mas próximas a la capital tamaulipeca, sino aceptar, que de “centrar” -por decir así en estas épocas modernas- la capital, ciertamente que obligaría y de inmediato a desarrollar para el bien de todos otro tipo de infraestructura, de movilidad.

Generándose con ese cambio, miles de empleos, ocasionando que los pueblos por décadas sumidos en el abandono, fluyan de una manera por demás necesaria, dándoles vida, ofreciéndoles esa nueva dinámica en cuestion de esa tan requerida economía.

Entendiendo con esto que de impulsar ese traslado de la capital tamaulipeca, por qué no, hacia San Fernando, incluso Matamoros o Reynosa, al ser y contar con ese dinamismo económico a nivel internacional, serían esos claros prospectos para darle un giro inesperado para engrandecer, fortalecer, distribuir y mantener ese necesario comercio.

Surgiría y de inmediato ese nuevo rostro de intercambio comercial a nivel estatal, pues de estar adquiriendo un sinnúmero de productos y servicios para el consumo humano en otras entidades como Nuevo León, con ese cambio, el mercado estatal seria autosuficiente, en consecuencia, provocaría el crecimiento de la producción ante la certeza del consumismo doméstico esperado.

Gracias a esa nueva proyección, surgiría y de inmediato esa nueva red carretera la que indudablemente involucraría gradualmente a todas las poblaciones de Tamaulipas por mas pequeñas que sean.

Incentivando así su comercio, su economía, acercándose más entre comunidades, conociendo y abriendo sus aún calladas culturas y costumbres, cosa que en la actualidad nada de esto sucede, no se refleja por ningún lado de Tamaulipas, al no tener ese “eje central” económico como capital, ese ramaje carretero que dirija, que direccione ese su rumbo comercial.

Por décadas los tamaulipecos y en su mayoría no han visto otra cosa de esa ciudad capital mas que política, sitio en donde la especialidad de la casa no son los atractivos turísticos, ese emprendedor y fructífero semillero de negocios, ese incubador de empresas trasnacionales, firmas internacionales, sino sólo sus dependencias gubernamentales, esas en las cuales se tiene que tener mucha suerte para resolver un asunto propio en tiempo y forma.

Por supuesto que el pensar, planear o ya con urgencia el proyectar el mover de sitio, de ciudad la capital tamaulipeca no se debe considerar un tema descabellado o fuera de época, al entender que al menos en la historia de México algo similar ya ha sucedido.

Al recordar aquellos episodios a mediados del siglo XIX cuando los liberales, al mando del presidente don Benito Juárez, y por presiones de los conservadores, y como una urgente necesidad, trasladaron la capital de este país en ese entonces al estado de Veracruz.

Ciudad Victoria como capital de Tamaulipas ya está más que viciada políticamente hablando, por lo mismo desgastada y sin ánimo ya de emprender cosas mejores para los tamaulipecos, su gente, pues por ese privilegio de vivir en dicha ciudad, les ha permitido ocupar y por generaciones cargos públicos, administrar a los tamaulipecos, cosa que prácticamente ya se ha vuelto para ellos como una zona de “confort”.

Trayendo como consecuencia de que ya no se aspire a más, de que las cosas se dejen así como están, provocando ese atraso, el no querer ver mas allá, el no cambiar para visionar esa forma de administrarse de una forma distinta, el no aceptar las opiniones, esas ideas futuristas o sugerencias al menos de su propia juventud.

Por esto, es por lo que se refuerza la idea de cambiar de sede la capital tamaulipeca y dirigirla hacia gente nueva, con mejores propuestas, poner así los destinos de Tamaulipas en manos de prestigiosos empresarios, grandes emprendedores, excelsos impulsores del comercio internacional, cambiar ya y de tajo la mentalidad del futuro funcionario, dejando así la politiquería y el interés por un cargo prácticamente fuera.

Cierto es que los tamaulipecos cuentan con un territorio mas que privilegiado, fronteras con el país mas poderoso del mundo, playas, entre muchos otros que le generan economía, sin embargo, entre todo esto se ve ese claro distanciamiento, esa nula repartición y participación equitativa entre poblaciones, al no existir ni reflejarse esa dinámica, esa interconectividad comercial y laboral a nivel capital del estado.

Hoy Tamaulipas se esta direccionando hacia ese futuro prometedor, pues claro esta que las nuevas generaciones están mucho mas preparadas, por lo que se tendrá que poner un gran interés a estos, al entenderse que ellos no quieren seguir formando parte de esa tradicional continuidad.

Y que como consecuencia de esa nueva forma de pensar estos nuevos líderes como futuros gobernantes, no escatimaran esfuerzos para lograr el reubicar primeramente a su capital, para así poder rescatar de ese atraso, de esa dejadez y pereza a este bendecido estado tamaulipeco.