RIO REVUELTO

Un nuevo comienzo en puerta

Escrito en OPINIÓN el

Llegamos ahora sí a una época de cambios; de estación, de clima y de gobierno, lo que dará a Nuevo Laredo un respiro en muchos sentidos, algo que sin duda era necesario para esa sensación de un nuevo comienzo.
La expectativa es que el cambio de administración traiga aires nuevos, no sólo porque entra un gobierno con otros funcionarios, sino porque llegan con otras ideas.
Para empezar, el gobierno de Carmen Lilia no tiene ese contubernio con carácter de obligatoriedad de darle a Cabeza de Vaca su mochada cada mes, que por cierto era una tajada muy exagerada según dicen en pasillos políticos, ahora que a Nuevo Laredo se le despinte lo azul, tendrá más presupuesto para aplicarlo de verdad y no sólo inflando precios de los gastos y la escasa obra, como lo hizo Rivas para tratar de justificar los desvíos.
Imagínese, Rivas tenía la firme intención de desviar para él y sus allegados, pero aparte, tenía el compromiso con Cabeza de Vaca de darle también su tajada, junto con los otros alcaldes panistas de Tamaulipas, convirtiéndose en cómplices de ese enriquecimiento ilícito mediante esa red de desvíos de fondos municipales, que al final, no quedaba tanto presupuesto para invertir en la ciudad y voluntad política, menos.
Seguramente habrá notado que algunos de los nuevos negocios que surgieron en la ciudad que no tienen mucha actividad comercial, suelen estar asociados a personas con algún vínculo a la administración Rivas, obviamente -dicen que- forman parte de ese descarado esquema de lavado de dinero.
Lo anterior es un secreto a voces que se dice en los pasillos políticos y que tiene todo el sentido del mundo, aunque hay que precisar que no todos los nuevos negocios que abrieron tengan algo que ver con el Ayuntamiento, pues de hecho los verdaderos buenos establecimientos y negocios que se materializaron recientemente, son de ciudadanos que con esfuerzo y sacrificio le apostaron, especialmente en el marco de la pandemia, cuando muchos buscaron la forma de salir adelante con emprendimientos.
Esos negocios ciudadanos son los que valen la pena y curiosamente son los que de verdad funcionan, pues detrás de ellos hay neolaredenses que pusieron todo el empeño, pues lo que invirtieron no les cayó del cielo ni del presupuesto municipal, sino que se trataba de su patrimonio y por ende buscaron cuidarlo y hacerlo crecer con mucho sacrificio y trabajo.
Mientras tanto, los negocios que son sólo para que la administración saliente lave dinero, eventualmente fracasan, pues no surgen de la motivación de un emprendedor con visión, sino de la corrupción de unos funcionarios.