PASADIZO SECRETO

Nadie reglamenta a los motociclistas repartidores

Escrito en OPINIÓN el

Desde hace varios meses, en Nuevo Laredo se han incrementado los servicios de entrega domiciliaria a bordo de vehículos motrices de dos ruedas y, sus conductores, de una forma temeraria e imprudente, circulan entre avenidas y calles al saber que nadie reglamenta a los motociclistas repartidores.


El llamado es para los padres de familia, principalmente a los que tengan hijos jóvenes deseosos de generar un ingreso económico para apoyo en el hogar o para sus más básicas necesidades personales, y que ven en la actividad de repartidor no sólo un trabajo, sino una aventura, al estar en contacto frecuente y a bordo de una “emocionante” motocicleta.


Entonces y ante esta labor, como padre de familia, como madre preocupada por la seguridad de su propio hijo, deberían considerar al menos los informes proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), esos que han estimado mas de 36 mil colisiones al año en todo México con alta participación, pero con mucha desventaja hacia los motociclistas.
Aceptar que, en Nuevo Laredo, son pocos los patrones que se interesan en brindarles protección y seguridad a sus empleados que se desempeñan en motocicletas, constatar, que las autoridades viales, no implementan a este tipo de trabajadores ningún tipo de asesorías, advertencias o educación vial conforme a su labor, por lo mismo están sólo presentes al momento de ocurrirles un siniestro.
Hoy, la ciudad se ha invadido de repartidores a bordo de motocicletas, estas propiedad de empresas, algunas adquiridas por ellos mismos, rentadas, incluso solicitadas prestadas, entendiendo que en su mayoría no son atendidas adecuadamente en cuestiones de mantenimiento, enfocándose únicamente en que funcione.


Pasando entonces por alto el revisar continuamente la suspensión, al ser esta la parte importante para una estabilidad y buen manejo, los frenos, esos que darán el agarre seguro, las llantas, al saber que si tienen desgaste, entre otros aspectos, no tendrán ese control al menos al acelerar y frenar.


Diariamente, la ciudadanía es testigo de la actuación equívoca de la mayoría de los repartidores en motocicleta, aceptar que en muchas ocasiones y como conductores de vehículos motrices de distintas dimensiones han experimentado colisiones en contra de estos debido al pase de la señal de alto, del semáforo, del exceso de velocidad o por descuido de sus propios conductores.
Queda claro que el motor de movimiento para este tipo de conductores en motocicleta que prestan un servicio, indudablemente que es esa rapidez con la que se hace la entrega.


Por lo mismo Nuevo Laredo ha estado viendo cómo la nueva modalidad de solicitar a través de aplicaciones sobre todo móviles (apps), ha incrementado esta actividad, pero al mismo tiempo es testigo de otra realidad, la fatalidad de los accidentes.
En las últimas dos décadas México ha reflejado un incremento considerable en el uso de motocicletas ensambladas en México, modelos europeos, asiáticos, algunas de estas presentando bajos niveles de seguridad o componentes carentes de calidad, las que se comercializan, por lo mismo circulan en las calles y avenidas de muchas ciudades, incluso utilizando sin ningún control las carreteras.


Esa accesibilidad hacia el consumidor ha permitido que su preferencia se incremente, en consecuencia, se utilice para sus variadas actividades personales, educativas, recreativas o comerciales.


Sin embargo y, para darle esa certeza a este tipo de unidades, el centro de experimentación y seguridad vial (CESVI), y al ser una empresa mexicana que trabaja para la prevención de accidentes viales, participa ofreciendo desde pruebas de impacto (crash test) hasta las consecuencias que como propietario o conductor podría sufrir, refiriendo prácticamente sobre los daños materiales y lesiones corporales.


Por eso mismo hace algunos años el CESVI llevó a cabo en sus instalaciones en la ciudad de Toluca, una prueba de impacto de una motocicleta, para esto, colocaron en ella un “dummy” o maniquí sobre la cual se generaba una colisión, así determinar tanto el grado de daños a dicha motocicleta, como las principales lesiones a su piloto o conductor.


La colisión fue frontal, al estimar el propio CESVI la repetición de este tipo de eventos, colocando el manubrio ligeramente hacia el lado derecho, simulando la reacción del motociclista para evitar el impacto.


El estudio arrojó en los daños materiales sufridos por la motocicleta los siguientes:


Doblez en las barras de suspensión delantera, el manubrio se dañó en su lado derecho, la tapa del tablero se quebró, las luces indicadoras delanteras sufrieron deformación, al igual que el rin delantero, entre otros aspectos, como la palanca de frenos y el posapié derecho.
El mismo estudio sobre los daños al “dummy” o maniquí en dicho impacto fueron los siguientes (con casco):


Al momento de la colisión el “dummy” se proyecta hacia adelante golpeándose el abdomen con el manubrio de la motocicleta, cayendo hacia su costado derecho sobre el pavimento, dañándose así la pierna del mismo lado cayéndole la moto encima, por igual el antebrazo derecho sufre daño, la cabeza al estar protegida por el casco no sufre de grandes lesiones, pero sí un golpe con el pavimento, sin embargo, indica el estudio de seguros fuertes dolores en el cuello por la violenta sacudida.


En una siguiente prueba de impacto o “crash test” los daños a la motocicleta fueron similares, sin embargo, y al colocar al “dummy” ahora sin caso de protección estos fueron los resultados:


El “dummy” al momento de la colisión frontal se proyecta hacia el frente dañándose de igual modo que la anterior prueba el abdomen, su brazo derecho giró 360 grados antes de caer por completo al pavimento sobre su costado derecho, instantes después el vehículo aprisiona la motocicleta, le aplasta por completo la pierna derecha arrastrándose ambos moto y “dummy” impulsados por la misma velocidad del vehículo contrario.


Al menos en Nuevo Laredo y como padres de familia, deben de entender que no se puede enviar a los hijos a ganarse el sustento de una forma insegura, por lo mismo y antes de motivarlos a desempeñar este tipo de trabajos, bueno es el considerar que de realizarlo de una forma temeraria, imprudente, sin ningún tipo de protección o educación vial, las lesiones corporales, daños físicos permanentes o incluso la muerte, llegarán tan rápidas como esa urgente entrega.