DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Puntería

Escrito en OPINIÓN el

El novio, nervioso, no atinaba a meter la llave en la cerradura de la suite nupcial. Le dijo su flamante desposada: “Si esa misma puntería vas a tener al rato, mejor dejamos lo de esta noche para otra ocasión”... Juanito le preguntó a Pepito: “¿Cómo se dice: ‘gripa’ o ‘gripe’?”. “Se dice ‘gripa’ -sentenció Pepito-. Decimos: ‘Ando agripado’, no: ‘Ando agripedo’”... Conocemos bien a don Chinguetas. Es un marido tarambana, vivalavirgen, botarate y zascandil. Cabrón, para decirlo con claridad mayor. Su esposa doña Macalota regresó de un viaje antes de lo esperado y lo sorprendió yogando con la mucama. No debe extrañar eso: don Chinguetas profesa ideas liberales y es contrario a la lucha de clases; antes bien aboga por la mutua colaboración entre ellas. Nada le importan tales lucubraciones socioeconómicas a doña Macalota. Ipso facto le ordenó a la fámula: “Te me largas. Y no esperes que te recomiende con ninguna de mis amigas”. “No se preocupe, señito -respondió la muchacha-. El señor ya me dijo que me recomendará con todos sus amigos”... Agotada, desfallecida, exhausta, la recién casada le dijo a su insaciable maridito al terminar el primer día de la luna de miel: “¡Te amo, Enrique!”. “No me llamo Enrique” -se amoscó él. “Perdóname, Libidio -se disculpó la chica-. Estaba pensando en el rey Enrique porque ya vas en el octavo”… Tetina Grandchichier anhelaba ser concertista de guitarra, pero tenía el busto tan exuberante que aun con los brazos extendidos no alcanzaba a tañer el instrumento. Acudió a un joven cirujano plástico y le pidió que le redujera el busto. El novel médico, después de contemplar extasiado la ubérrima pechera de Tetina, le hizo una sugerencia. “Señorita Grandchichier: ¿no le gustaría que mejor le alargáramos los brazos?”… El auditor que visitaba el banco le pidió a la curvilínea secretaria del gerente: “Deme por favor la llave que le di a guardar ayer”. La muchacha se sacó la llave del sitio más sorprendente. “¿Qué significa esto? -se asombró el auditor- ¿Por qué trae la llave ahí?”. “Señor -explicó la muchacha-, usted me dijo que la guardara en un lugar al que nada más tuviera acceso el gerente del banco”… El niñito le preguntó a su mami: “¿Qué le regalaría mi papá a la muchacha? ¿Una bici, una moto o un caballo?”. La señora, extrañada, preguntó a su vez: “¿Por qué piensas que le regaló alguna de esas cosas?”. Explicó la inocente criatura: “Porque anoche que saliste mi papi fue a su cuarto, y poco después oí que le dijo: ‘Ahora súbete tú, mamacita”’… Alce en Celo y Cierva Blanca, pieles rojas, se veían secretamente en un claro del bosque, y ahí se entregaban a deleites carnales indebidos, pues ella tenía esposo y él mujer. Cierto día se hallaban los dos gozando ese placer prohibido cuando Cierva Blanca alzó la vista y vio que alrededor del valle, en las montañas, se alzaban señales de humo que cubrían todo el cielo. Le dijo preocupada a su galán: “Tenemos que ser más cuidadosos, Alce. Los vecinos empiezan a murmurar”… ¿Cuáles son, en promedio, los médicos de más baja estatura? Los proctólogos, porque son especialistas enanos…  La inflación es galopante, igual que Secretariat, el caballo ganador de la Triple Corona en Estados Unidos: el Preakness Stakes, el Derby de Kentucky y el Belmont Stakes, carrera esta última que ganó en forma sensacional por 31 cuerpos. En 1973 fue retirado de los hipódromos para hacerlo semental. ¡Merecido premio! Pero estaba con lo de la inflación. El verdulero le pidió al cliente 50 pesos por un tomate. “¡50 pesos por un chinche tomate! -se indignó el hombre-. ¡Métaselo ya sabe dónde!”. “Tendrá que disculparme el caballero -respondió con gran cortesía el de la verdura-. A petición de otro cliente ya traigo ahí un pepino de 200 pesos”... FIN.  
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