Américo Villarreal solicitó licencia para ausentarse de sus labores como senador de Tamaulipas, lo que representa un paso más en su camino a la gubernatura tamaulipeca.
Durante este arranque rumbo a las elecciones de este año, sin duda la atención se ha inclinado hacia el precandidato de Morena, mientras que las acciones del PRIAN junto con el PRD que ya hace tiempo dejaba de escucharse en Tamaulipas, han pasado en conjunto a un segundo término, cuando lo usual es que se divida casi equitativamente, más que nada por una lucha de fuerzas.
Lo anterior ocurre porque en esta ocasión las posibilidades de la coalición del PRI-PAN-PRD, no es suficiente para revertir la tendencia que hay en el estado, que se inclina en esta ocasión a Morena, en parte por el pésimo trabajo de Cabeza de Vaca en su fallido sexenio, es decir, todo indica que muchos votarán por la 4T y otros más que simpatizar con el proyecto morenista o quienes son neutrales en materia partidista, emitirán su sufragio en contra del PAN, que a final de cuentas es casi lo mismo. Este efecto deja sin posibilidades al PRIAN, al menos para los azules es debut y despedida.
Viene el regreso a clases y Nuevo Laredo está en semáforo epidémico rojo, junto con otros 20 municipios de Tamaulipas, que a su vez fue declarado como entidad en color naranja, es decir, de alto riesgo de contagio.
De alguna manera en Nuevo Laredo existía esa noción de que las restricciones mayores por temas pandémicos habían quedado atrás, pero nos encontramos una vez más enfrentando un repunte en los índices de contagios y sus consecuencias.
Afortunadamente y a diferencia de los primeros brotes, la ocupación hospitalaria y el riesgo de morir por causas asociadas al Covid-19 es relativamente baja, pero aún así una parte de quienes se han contagiado en este último repunte, han sufrido por hasta cinco días los síntomas de un resfriado fuerte y aunque no suele complicarse más allá de eso, el tiempo de enfermedad es por demás molesto.
Es necesario entender que tampoco se trata solo de exponerse con la confianza del bajo riesgo de complicaciones por Covid-19, sino que hay terceros que son vulnerables y que podemos poner en riesgo, como los adultos mayores, los pacientes crónicos e incluso quienes ya padecieron coronavirus y que aún tienen afectaciones.