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5 de febrero de 1917

Escrito en OPINIÓN el

En el año de 1857, el Congreso Constituyente Mexicano proclamó y juró la nueva constitución de la República Mexicana, que entró en vigor el 16 de septiembre de ese año. Posteriormente y después de varios años de lucha, Venustiano Carranza fue nombrado como  encargado del Poder Ejecutivo de la Nación y Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, quien el día primero de diciembre de 1916, inauguró en el Teatro Iturbide de la ciudad de Querétaro, el periodo ordinario de sesiones del Congreso Constituyente en el que hizo entrega del proyecto de reformas a dicha Constitución de 1857, para que este fuera estudiado y en su caso aprobado.


A partir del 2 de diciembre de 1916, hasta el 31 de enero del siguiente año, se llevaron a cabo las intensas sesiones ordinarias del Congreso Constituyente, en las cuales los diputados discutieron en forma minuciosa y acalorada todo lo relacionado con las reformas que se harían a la Constitución de 1857 vigente en ese momento y cuyo resultado sería la Carta Magna, la que con muchos  cambios significativos posteriores,  rige los destinos de nuestro país en la actualidad, es decir, nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual fue promulgada el 5 de febrero de 1917 y que  entró en vigor  el primero de mayo del mismo año.  


Para la firma de la nueva Constitución, el presidente Venustiano Carranza facilitó la pluma con la que se había firmado el Plan de Guadalupe, misma que utilizaron todos los integrantes de aquel histórico y valiente  Congreso Constituyente, el que después de haber llevado a cabo la protesta de ley para la nueva Carta Magna de todos sus diputados integrantes, la misma fue entregada para su firma al Presidente de la República por parte del Presidente del Congreso Constituyente,  Licenciado Luis Manuel Rojas, con las siguientes palabras: “Me es altamente satisfactorio haceros entrega en estos momentos de la nueva Constitución de 1857, reformada en esta ciudad, y que el Congreso Constituyente que tengo la honra de presidir ha sancionado después de largos, intensos y concienzudos debates”, según se refiere en archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional Mexicana, publicados en su página de internet.   


Si bien el Congreso Constituyente tomó como base para la nueva Carta Magna la Constitución de 1857, el nuevo documento constitucional era una norma fundamentalmente distinta de aquella, ya que matizó las ideas y doctrinas del liberalismo imperantes del siglo XIX, con la introducción de los derechos sociales y humanos de los habitantes de la República Mexicana. La nueva e importantísima  Constitución fue promulgada el día  5 de febrero de 1917 y tuvo vigencia a partir del primero de mayo de ese mismo año.  De esta manera, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es una de las Constituciones más modernas, completas y hermosas del mundo, pero lo triste y paradójico es que su tan vasto, complejo y completo ordenamiento, no lo cumplimos los mexicanos.     
Hasta pronto.