EN UN LUGAR DE LA CANCHA

¿Una final América-Chivas?

Escrito en OPINIÓN el

Cuando era niño, mi fallecido padre y clon me mandaba cada tercer día a comprar El Mañana a la tienda de Nieves, a una cuadra de mi casa, en la colonia Victoria. Seguido él me disipaba dudas sobre cosas que yo no entendía en Nacionales o Internacionales, como el significado de “nepotismo” o por qué el PRI tenía los colores de la bandera, aunque es inconstitucional.
Una vez a él le surgió una duda de Deportes, tendría yo unos 12 años ya, y me preguntó “¿por qué en México no es campeón el mejor equipo?”, refiriéndose a la Liguilla, distinto a como se resuelven las cosas en Europa, por ejemplo.
La respuesta que le di fue “lo que pasa es que en México no basta con ser el mejor, sino que tienes que ser el mejor entre los mejores”. Repitió en voz baja y pausadamente mis últimas palabras, como tratando de digerirlas: “el mejor entre los mejores”.
Sí, le recalqué, “entran los mejores a la Liguilla y allí le tienes que ganar a todos para ser campeón, no importa en qué lugar pasaste”.
Como que mi respuesta lo convenció más de lo que yo me convencí a mí mismo, porque ya no dijo más. Mi creador no era tanto de futbol, aunque con él miré el México-Bélgica en Francia 98 y el golazo de Cuauhtémoc Blanco. Le gustaba más el beisbol de las Grandes Ligas. No se perdía los playoffs y la Serie Mundial. Tal vez por eso, sin saberlo (pues a mí se me acaba de ocurrir, más de 20 años después de esa plática), estuvo de acuerdo con el formato de nuestra Liga y más con mi último argumento: “De esa forma, cualquier equipo puede ganar, a diferencia de otros países, donde siempre son los mismos”.
Ya estamos en esa instancia. La de matar o morir. Cuando los técnicos y los jugadores se acuerdan de brindar un buen futbol. Es su trabajo. Para eso les pagan.
Los Repechajes o “juegos de comodín” dejaron un buen sabor de “ojos”, con emociones hasta el último minuto, penales, porteros que se agigantaron y una nueva eliminación temprana del Monterrey, la plantilla más cara del país.
Este es un nuevo torneo y va a ser campeón “el mejor entre los mejores”, con los dados un poco cargados hacia los punteros, al ya no contar el gol de visitante y, en caso de empate global, la eliminación del peor ubicado.
Se le pondría más drama y emoción con penales directos, como en la Repesca, pero la tele es la dueña del balón y no quiere mover tanto sus horarios. Habría que ver los números, pero podría apostar que el previo y el durante de las penas máximas es el lapso con más rating en los partidos. Se podrían vender más anuncios y más caros, pero “cuando yo tenga mi propia Liga”...
Chivas tiene una racha envidiable de cinco triunfos al hilo. Su técnico debutante me está cerrando el pico, igual que el del América, y ya no descarto un clásico en la Final. No me quiero imaginar si se da. Un país fantasma con las calles vacías como en los peores tiempos de la pandemia, en este caso por un virus llamado futbol, del cual estamos enfermos en diversos grados de gravedad unos 80 millones o más en México. Y es incurable.