DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Acusada de adulterio

Escrito en OPINIÓN el

Un sujeto acusó de adulterio a su mujer. En la corte su abogado le preguntó: “¿Qué estaban haciendo su esposa y ese hombre la noche que usted los sorprendió?”. Contestó el tipo: “Estaban follando”. “¡Oiga! -interviene el juez-. ¡Esa palabra no se puede decir aquí! Si no modera su vocabulario le aplicaré una multa. Conteste la pregunta de su defensor en términos correctos: ¿qué estaban haciendo su esposa y ese hombre la noche de referencia?”. “Mire, señor juez -responde el individuo-. Los dos se hallaban desnudos en la cama. Él estaba sobre mi mujer, y tenía su usted ya sabe qué en usted ya sabe dónde. Si eso no es estar follando, entonces, señor juez, aplíqueme la multa”... El jefe de la oficina le regaló a su joven empleado, recién casado él, un par de boletos para la obra “La fierecilla domada”, divertida comedia de Shakespeare. Esa noche el muchacho llegó a su casa y le preguntó a su flamante mujercita: “Mi amor: ¿te gustaría ver ‘La fierecilla domada’?”. “¡Uy, no, mi vida! -exclamó ella echándose en sus brazos-. ¡Quiero verla salvaje y alborotada, como todas las noches!”... Doña Gorgolota y su señor marido, don Feblicio, fueron a una marisquería. La señora lee el menú. Al terminar se levanta presurosa de la mesa y va hacia donde estaba el mesero. Dándole una propina le dice en voz baja: “-Vi que tienen una sopa llamada ‘Levantamuertos’. Traiga una olla grande y haga como que se le cae en la entrepierna de mi esposo”…. Sor Bette, la directora del colegio, paseaba por el huerto del plantel cuando escuchó suspiros, ayes contenidos y unas como quejas o gañidos de amor. Se dirigió al rincón de donde esos inusitados ruidos provenían y se topó con un espectáculo que la dejó sin habla: Pirulina, una de las jóvenes alumnas del plantel, yacía en posición supina sobre el césped, y en esa antigua postura recibía las atenciones de un mancebo que seguramente había escalado la tapia para llegar a su jardín de las delicias, como siglos antes hicieron Calixto con Melibea y Romeo con Julieta. Antes de que la estupefacta monjita pudiera pronunciar palabra le dice alegremente Pirulina: “-¡Tenía usted razón, sor Bette! ¡Hay muchas cosas que las muchachas podemos hacer para divertirnos sin necesidad de fumar, ingerir bebidas alcohólicas o ir a los bailes!”… El odontólogo se disponía a extraerle una muela a su paciente, pero el hombre apretaba la boca cuando el doctor le acercaba la pinza. El dentista llamó aparte a su enfermera y le dijo: “Cuando yo acerque la pinza a la boca del paciente usted dele un fuerte golpe donde más le duela”. Cumplió la ayudante la orden de su jefe: el doctor le acercó la pinza al tipo, y ella le propinó un golpe tremebundo en el doble atributo masculino. El individuo abrió la boca para lanzar un ululato de dolor; el dentista aprovechó el instante e hizo la extracción con prontitud. Le preguntó luego al paciente: “¿Verdad que no le dolió cuando le saqué la muela?”. “Sí me dolió, doctor -respondió con feble voz el individuo-. Y no sabía que la muela tuviera la raíz tan honda”... Aquel vaquero encontró a un indio joven y le preguntó la hora. El indio se llevó la mano a la entrepierna y respondió: “Las 10 de la mañana con 22 minutos”. El vaquero consultó su reloj: ésa era la hora. Aquella misma noche el vaquero volvió a ver al indio. El piel roja tenía la mano en la citada parte, y la agitaba sin cesar. “¿Qué haces?” -le preguntó. Respondió el hijo de las praderas: “Le estoy dando cuerda al reloj”... (No le entendí)... FIN.
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