Nuevo Laredo cumple hoy sus 174 años de fundación, una ciudad joven y de buen corazón, pues a lo largo de todo ese tiempo ha sido resiliente ante todo tipo de embates y ha mantenido sus brazos abiertos para las diversas oleadas migratorias que han dado a la ciudad esa diversidad y riqueza cultural que hoy en día da esa identidad al neolaredense, aunque a “El Truko” no le guste.
No cabe duda que el neolaredense es de buen corazón, pues en cada ocasión que hay alguna tragedia o catástrofe local o en algún otro lado, tanto asociaciones como ciudadanos en general se movilizan para reunir ayuda económica y en especie para enviarla a quien más lo necesite.
Hay que decirlo, Nuevo Laredo es más que sólo una cuidad de paso o una ubicación estratégica, pues si los empresario y la fuerza laboral no estuvieran a la altura de las circunstancias, ese beneficio geográfico estaría desaprovechado y no seríamos la principal aduana terrestre de Latinoamérica.
En cada aniversario recordamos la historia de los fundadores, que se trajeron a sus muertos a este lado del río cuando Santa Anna cedió a Estados Unidos el territorio mexicano del río Bravo hacia arriba, de ahí el lema de Nuevo Laredo “Siempre con la Patria”; sin duda seguimos haciendo honor a la frase.
Cuando parecía que Cabeza de Vaca ya estaba dedicado más a su huida, desistiendo así de su golpeteo político, pues volvió a las andadas con otra irrupción, pero ahora al Congreso del Estado, con el uso de la fuerza pública, también de nueva cuenta, ya se le hizo costumbre.
Algunos analistas con muchos años en perspectiva aseguran que un evento de esta naturaleza no ocurría desde Emilio Portes Gil y probablemente no ocurrirá en muchos años por venir, pues es algo que no se estila en estos tiempos con tanta frecuencia, de hecho es insólito cuando llega a ocurrir y tenía que ser Cabeza de Vaca quien lo hiciera.