Escrito en OPINIÓN el
El Señor miró hacia abajo.
Vio reuniones, alborozo, risas.
Miró abrazos, alegría, amor.
Observó grata convivencia con sabrosas viandas, vinos, licores y cerveza.
Oyó narrar anécdotas, recuerdos, vivencias guardadas con cariño en la memoria.
Contempló todo eso el Señor desde lo alto.
Y se dijo:
-¿Se acordarán este día de que también soy su padre?
¡Hasta mañana!...