RÍO REVUELTO

Si la desperdiciamos, menos nos va a durar

Escrito en OPINIÓN el

El neolaredense promedio consume mucho más agua de lo necesario, pues Comapa estima en cerca de 400 litros diarios por habitante cuando lo usual es cerca de 250.


Cuando uno escucha la cifra, la primera reacción es sin duda negar la estadística e incluso intentar contrastarlo con una estimación de lo que uno personalmente cree que se consume en el hogar.


En esto hay que entender que si bien tal vez uno no consume tanta agua, otros miembros del hogar puede que sí lo hagan y no necesariamente se trata de líquido que uno consume en su cuerpo, sino entre las diversas actividades domésticas en las que seguramente se desperdicia.


Comenzando por regar las plantas y árboles en casa, algunos incluso riegan su banqueta varias veces al día, lavan los vehículos de la casa a “manguerazos”, si usted no incurre en estas prácticas, sin duda sabe de alguien de sus vecinos que sí lo hace.
A esto debemos de sumarle la cantidad de descargas que se hacen en cada hogar al desaguar el inodoro, lo que se estima entre tres litros para los más recientes y hasta seis en los modelos anteriores, así como quienes dejan la llave abierta para lavarse los dientes en lugar de llenar un vaso, así como abrir la llave de la regadera varios minutos antes de entrar a bañarse, lavar los platos varias veces al día y tantas otras prácticas de esta índole en las que no hay un uso de agua eficiente.


Cuando sumamos todas esas prácticas, multiplicadas por varias veces en el transcurso del día, eso sin contar si tiene alguna alberca, chapoteadero, etc., comienza a tener sentido la cantidad estimada, especialmente si consideramos las tomas clandestinas y la que se desperdicia en fugas ante lo añejo de la infraestructura que apenas en esta administración se le está destinando una gran cantidad de dinero para renovar colectores y restaurar clarificadores y en general todo lo que Comapa necesitaba darle mantenimiento o reemplazar, para un uso más eficiente del vital líquido que hoy más que nunca es como el oro.