Escrito en OPINIÓN el
Estos niños juegan a encontrarles formas a las nubes.
-Ésa parece un toro.
-Aquélla se ve como un paraguas.
-La que está sobre el cerro tiene la forma de un avión.
Para seguir el juego, las nubes cambian de forma, y ahora ésta parece un globo, aquélla un águila, y la que está sobre el cerro se asemeja a un león.
Es una pena que los niños tengan también que cambiar de forma para volverse adultos. Ya no mirarán las nubes, que son cosas del cielo. Tendrán los ojos puestos en la tierra, y rara vez volverán la vista hacia la altura.
Este amigo mío tuvo una novia a la que quiso mucho. Una vez ella le dijo:
-Nunca has dejado de ser niño.
Y mi amigo comenta:
-Es el mejor elogio que en mi vida he recibido.