DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Le habían salido ciertas manchas

Escrito en OPINIÓN el

“¿Conoces tu oficio, muchacha?” -le preguntó don Acisclo a la nueva pupila de la casa de mala nota que frecuentaba. Respondió la chica: “Al revés y al derecho”. “Bien -declaró el salaz vejancón-. Hoy lo haremos al derecho. Ya veremos después”... Lord Feebledick asistió a la reunión mensual con sus antiguos compañeros de colegio. Les contó: “Ayer llegué a mi casa, entré en la alcoba y miré en la cama a mi esposa, lady Loosebloomers, sin ropa y en estado de inexplicable agitación. Me asomé abajo del lecho y vi ahí a Wellh Ung, el mancebo encargado de la cría de faisanes. Pero ya encontré la forma de impedir que eso vuelva a suceder. Le corté las patas a la cama”... Una mujer joven, bella y de atractivas formas acudió a la consulta de un dermatólogo y le dijo que le habían salido ciertas manchas en las pompas. El facultativo procedió al examen correspondiente y en seguida tranquilizó a la consultante: No tiene usted ningún problema. Esas manchas son debidas a la falta de radiación solar. Exponga su región glútea al sol durante una hora y las manchas desaparecerán”. Así lo hizo la muchacha. Fue a la playa, se cubrió de arena para proteger del sol el resto de su cuerpo y dejó expuesto solamente su lindo caderamen. Sucedió que pasó por ahí don Achaco, señor de edad provecta que contaba entre sus muchos ajes la ciática, las reumas, la gota y la bursitis, y vio en la arena aquellos dos hermosos hemisferios. Exclamó desolado: “¡Caramba! ¡Toda la vida me la pasé queriendo un par de ésas, y ahora que las encuentro no puedo agacharme a recogerlas!”... Don Emerenciano se consiguió seis gotas -sólo seis, fíjense bien- de las miríficas aguas de Saltillo, las cuales gozan de fama universal por su capacidad potenciadora del varón. Su esposa le ofreció: “Te prepararé tu desayuno favorito”. Replicó don Emerenciano: “Después, después. Ahora no tengo hambre”. Al mediodía la señora le anunció: “Te haré para la comida algo sabroso”. “De momento no se me antoja nada -repitió el señor-. Espera”. Llegó la noche, y dijo la mujer: “Voy a cocinar tu platillo preferido para que cenes”. “No, no -rechazó de nueva cuenta don Emerenciano-. Quiero seguir aquí”. “Está bien -accedió la esposa-. Pero entonces ya quítateme de encima. Llevo día y medio sin comer nada” (Nota. La señora debió haber llevado consigo al lecho un itacate, o varios tupperwares con alimentos y agua, pues ya se sabe que los efectos de aquellas taumatúrgicas linfas duran días, así de fuertes son. Por vía de experimentación se administró un centilitro de esas aguas a la momia de un faraón en el Museo de Abu Rimpel, y al punto cobró vida. Huyeron espantados los guardias y guardianas del museo, y el que la llevó fue el director del mismo, sir Highrump Lowprick, quien actualmente desvía de inmediato la conversación cuando se toca el tema en su club de Londres.)...  El duque Sopanela invitó a sus amigos madrileños a la cacería del oso en la finca que su padre le heredó en La Montaña, la agreste región que tan bellamente describió don José María de Pereda en “Peñas Arriba”, interesante novela cuyas páginas estoy recorriendo ahora que he decidido modernizar mis lecturas. La víspera de la expedición el señor duque reunió a los cazadores en la sala de la casa solariega y les impartió sus instrucciones: “Saldremos apenas amanecido el día en busca de la fiera. Irá con nosotros mi fiel criado el Bizco, quien tiene la peregrina habilidad de imitar a la perfección la llamada de la osa en celo, y que además huele igual que ella por la permanente enemistad que guarda con el agua. La última vez que se bañó fue el día de su primera comunión, y ya tiene 50 años de edad. Llegaremos a la guarida del oso y nos colocaremos en semicírculo frente a la cueva. El Bizco irá a la entrada y hará la llamada de la osa. Al oírla saldrá el plantígrado. El que lo tenga más cerca, dispare. Pero eso sí, amigos. Por favor, mucha puntería, porque ya van 14 veces que el oso abusa del Bizco”... (Nota: El doctor Neluco, médico de la comarca y atinado clínico, asegura que ésa es la causa del estrabismo del fiel criado)... FIN.

afacaton@yahoo.com.mx