CICATRICES DEL ALMA

Los abrazos

Escrito en OPINIÓN el

¿Han escuchado eso de que hay abrazos que te reinician? Eso es verdad, existen los abrazos así. Los abrazos que se dan como una expresión de amistad o de cariño, pero hay unos abrazos especiales, esos que se dan con el alma, esa clase de abrazo que te hace sentir cómodo, querido, que te hace querer estar ahí por más tiempo porque ese abrazo es capaz de detener el tiempo, sanar heridas.

Es como un refugio, pero no es fácil de encontrar. Ese abrazo no es solo unos brazos al derredor de un cuerpo, como un beso no es solo unos labios tocando la piel. Ese abrazo te conecta con la persona que lo da desde un lugar profundo del alma; es como si se estuviera en un abismo pidiendo auxilio y ese abrazo te escucha y te rescata de ese lugar desolado. En el momento en que estamos dando o recibiendo ese abrazo las almas se entrelazan de una forma única y al separarse los cuerpos, las almas seguirán conectadas de forma indefinida. Es por eso que se extraña esa clase de abrazo.

Nunca sabremos cuántos abrazos daremos o nos darán en la vida, pero esa clase de abrazo no se olvida y nuestra alma lo buscará siempre. Si se preguntan cómo reconocerlo, será porque no lo han sentido, ya que quien lo ha sentido sabe de lo que hablo. Ése es capaz de romper la armadura con la que nos protegemos del mundo; es por eso que nos sentimos aliviados, protegidos, y vulnerables al mismo tiempo. Hay una conexión muy íntima en ese abrazo, muy especial, muy sensible, y cuando esa conexión falla somos capaces de notarlo.

No importa qué clase de relación actual exista entre las personas que se abrazan, si hay esa clase de conexión de almas se siente, y de igual forma se siente cuando deja de existir la conexión a pesar de que la relación continúe, y es entonces cuando ese abrazo deja de ser especial para volverse común. Como muchos, yo he sentido esa clase de abrazo en personas muy queridas e importantes para mí y he sentido como esa conexión se perdió y cuando eso pasa no hay forma de engañarnos. Por razones que nunca entenderé, los abrazos de mi madre dejaron de tener esa conexión y yo lo acepté.

En otra etapa de mi vida, los abrazos que en el pasado me hacían sentir amada, se transformaron en solo unos brazos que cada día me hacían sentir más incómoda, y aunque si supe el motivo, de igual manera lo acepté porque en ambos casos la conexión se había perdido. Pero esa sensación que sentí un día no la olvido. El alma sabe lo que quiere, sabe cómo se siente, y es capaz de reconocerlo cuando un abrazo la encuentre. Los abrazos son la forma en que nuestra alma recibe en su espacio a alguien, algunos se quedarán en la puerta de la entrada, pero habrá quienes, al entrar, el alma no quiera dejarlos salir.

Cuando no se encuentran las palabras para expresar lo que se siente por alguien, los abrazos encuentran la forma de transmitirlo. Hay días en que no quiero nada, sólo un abrazo que me reinicie, que me diga que todo va a estar bien, y que siempre tendré ese lugar para refugiarme del mundo.

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