El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo mención de que el gobernador Américo Villarreal Anaya está reconstruyendo Tamaulipas, y no es para menos, pues Cabeza de Vaca dejó un daño de tal magnitud que lejos de ameritar una continuidad a su gobierno, se requiere de una reconstrucción del estado.
Básicamente si Tamaulipas se mantuvo de pie durante ese oscuro periodo de la historia, el sexenio panista, es porque los trabajadores, empresarios y ciudadanía en general lo mantuvieron a flote sin apoyo de Cabeza de Vaca, que se dedicó a robar todo lo que pudo, dejando al estado sin obras ni programas relevantes durante todo ese tiempo.
Curiosamente ese mismo fenómeno ocurrió, aunque a una escala distinta pero comparable proporcionalmente, cuando se dio el cambio de los cinco años de Rivas a la llegada de la 4T, lo que también requirió una reconstrucción de la ciudad, que de hecho sigue en curso y actualmente lleva más de mil millones de pesos destinados a la obra pública por año.
La ayuda que los neolaredenses han juntado para Acapulco ha sido sin duda muy generosa, algo que si bien se puede observar en gran parte de México, en nuestra ciudad se ve un entusiasmo especial y no estamos compitiendo, sin embargo hay que destacar que algunos factores que favorecen a la economía de esta frontera, se combina con el buen corazón de quienes aquí residen.