Selva Urbana
Negados pa´l pambol
Dejemos por esta vez a un lado la polaca y hablemos de algo realmente serio, muy importante, que en realidad le interesa al grueso de los mexicanos, es su verdadera religión independientemente del credo de cada quien, no importa que sea diestro, siniestro, rico, pobre, prieto o güero, que lleve camiseta -partidista y no del equipo local de calzonudos- amarillo, rojo, verde, naranja, guindo azul o de varios tonos; hablamos de lo que acapara toda la atención de los compatriotas y que es ciertamente la verdadera otra parte de su vida, hasta más que su media naranja… o sea, el futbol soccer
¿Ya nos quedó claro que no servimos para el jutgol? ¿Vieron esa vomitada de juego contra Honduras esta noche de sábado?
Fuimos testigos por enésima vez, pues ya Jamaica, Trinidad y Tobago, Haití, Guatemala, Costa Rica, El Salvador los guardabosques de Canadá y los surfistas gringos ya nos lo han hecho, de que no les podemos ganar, que nos pasan por arriba.
No lo vimos en el 70 porque organizamos la copa mundial y el anfitrión va de a juerza, pero sí lo sufrimos y lo lloramos desde 1973 en el premundial para Alemania 74, donde un equipo cuartomundista (caribeño) le pegó a otro tercermundista (nosotros).
Y es que este 17 de noviembre del 2023, ya a todos nos debió quedar claro que solo servimos ¡y con ciertas dudas! para el pin pon, las escondidas, los cinco pocitos, el bote volado, los encantados, policías y ladrones (¡uff! Super expertos que somos), a la roña, a la burra bala y a las cebollitas. En cuestión de balompié, México somos un equipo de quinto patio, no se nos da, de plano que no es por ahí la cosa.
EL VIRIL DEPORTE
En realidad ha quedado demostrado que los mexicanos, solo somos número uno a nivel mundial en una práctica consuetudinaria, campeones en una disciplina que lleva nuestro gen implícito, va con nuestra sangre, con nuestro “piojo mental”. ¡Es más!, si hubiera medalla olímpica, la nuestra sería de platino y no de oro, porque estamos en otro nivel.
¿A qué práctica nos referimos? Nada menos que “al viril deporte de patear cada uno a su vieja”. Dicho con mucha seriedad, ¿cuántos maridos, la noche del sábado tras la derrota de los ratoncitos verdes con los catrachos, ya con cinco caguamas en su inflada panza marranillera no le puso unos patines a su ñora? ¡Nomás! “De oquis”, ahí para desquitar el coraje, porque luego nos vamos a la cama bien entripados y nos podemos enfermar.
¿Es mentira que nos encanta patalear a la fiera (a un servidor no, jamás la hemos tocado, que se mueran nuestros hijos y nietos si mentimos)? Pues déjenos decirles que en México lo gritan los feminicidios que galopantemente se han disparado, o que apenas se conocen ahora que sí se informa todo y que los medios de comunicación no se guardan nada, pues el “Preciso” de ahora no les da los cañonazos de billetes de antes para que se quedasen en silencio.
México practica con singular alegría y con olímpico desparpajo, el deporte de las patadas ¡dadas a su pareja!
No lo decían en la “Docena Trágica Panosa”, mucho menos en “La Dictadura Perfecta” de los prístinos. Las desapariciones de las mujeres y sin ir tan lejos, las sonoras cachetadas judicialeras que todos hemos escuchado a través de esas paredes tipo de papel arroz, como son las de nuestras casas de interés social, tipo “infiernavit”, no los dicen, ¡lo gritan!
NI CON BALÓN CUADRADO,
Los mexicas somos malos, malos, malos, para el fut soccer; somos más malos que Los Chicos Malos de Rico McPato. Más malos que la carne de puerco con triquina y acompañada de tres rebanadas de sandía cortada a las 3:00 de la tarde de un día 3 de agosto en el seco campo de Nuevo Laredo.
Neta, a la raza de bronce solo se nos dan las escondidas (de lana), los clavados (de feria) y nadie nos gana a los volados (del erario).
Dicen algunos amigos nuestros, que México tenemos el futbol que su afición nos merecemos, que mientras no haya reacción del respetable, como es el no comprar el palco para todos los juegos de la temporada, las tres o cuatro camisetas que ahora sacan cada semestre, la gorra, la bufanda, el banderín, el chaquetín y cualquier otra babosada, los hombres de pantalón largo, no van a ponerle seriedad a este asunto.
Mientras que cada fin de semana (ya ahora hay dobles jornada a media semana) no corramos al depósito del barrio a surtirnos de la marranilla y la chatarrita de botana, todo seguirá igual, los dueños de ese show tan chafo que nos venden, les ha quedado claro que somos unos cautivos sin remedio.
O sea, que el Pedro es nuestro, no de la FMF, ni de la Liga MX, ni de los dueños, ni de los jugadores, ni de los entrenadores, de los cerveceros, los refresqueros, los chicachorrenos y los cacahuateros. El purrúm es del mexicano que religiosamente cada seis meses se chuta los más de 17 partidos de su equipo y también los de todos los demás !y los de la Decepción Nacional!
Y es que el ciudadano, así como con su boleta electoral en la mano, es la mera autoridad manque sea solo cada tres años, así mesmo debe ser con nuestra billetera, llevarla bien amacizada y no mercar nada que tenga que ver con nuestro maldito y bueno para nada Soccer.
Hay que tirar a león esa estupidez de “come futbol, bebe futbol, sueña futbol”. ¿Cuál soñar?, ¡Ya despierta mexicano! Que nos caiga el veinte que nada más no servimos para ese jale, tal vez si se jugase con un balón cuadrado.
Chi Mai que México solo sirve para organizar copas mundiales de futbol (va por su tercera, ni el campeonísimo Brasil, ni los triunfantes teutones, ni los inches ches, ni los jilipollas gachupines). Sólo nuestras chicas en un fútbol que por incipiente no está tan echado a perder, han conseguido algunas cosas, como la recién medalla de oro en Panamericanos de Chile, pero ¡nada del otro mundo!
Por cierto que ese, el futbol de las damitas ya nos empieza a arrojar varias marranadas de la “caballerosidad” y el “respeto” de los varones que manejan esa nueva rama del negocio pambolero. Abusos contra ellas, manoseos, cachondeos y pedidas de tepalhuanas, puras barbajanerías de los hombrecitos, ya empieza a brotar el mugrero, no podía faltar la calentura de las cabecitas masculinas en esa rama femenil.
El futbol soccer varonil mexicano sí es muy bueno, pero para decepcionar pen..itentes, dijo nuestro buen amigo, José Luis Moreno Delgadillo. Pero como que el inge Moreno se equivoca un poquito, porque decepcionados y todo, ahí estamos pegados a la lelovisión, viendo el siguiente partido del glorioso “Tri” o de nuestro particular equipazo de la liga local, “el mejor del mundo mundial”.
Y no solo somos esclavos de las transmisiones por la caja idiotizante, sino que hasta organizamos viajes cheleros para ir a los estadios a ver los juegos en vivo y a todo color (es que no es igual por la tele que en la grada).
Feliz domingo para todos y que este martes 21 no se pueden perder el partido México -vs- Honduras, el de la vuelta. Es en el Azteca.
“México lindo y querido”.