EN VOZ ALTA

Los enemigos de México

Escrito en OPINIÓN el

Existe un ambiente de desesperación que está carcomiendo a la clase política conservadora corrupta neoliberal. Pensaban, primero, que por ningún motivo llegaría un gobierno socialista y popular al poder y, mucho menos, que el que encabezara dicho movimiento sería Andrés Manuel López Obrador de la mano de la gran mayoría del pueblo de México. Una vez sentado, el presidente más votado en la historia reciente de nuestro país se dedicó, nada más, pero nada menos, a cumplir, uno por uno, todos los compromisos hechos en campaña.

Aun así, cuando ya estaba anunciado y programado, pegaron el grito en el cielo, se rasgaron las vestiduras y se siguen dando golpes de pecho sus adversarios porque no pueden dar crédito que, no sólo es posible gobernar sin robar, sin mentir y sin traicionar al pueblo sino que, además, ha quedado más que demostrado que el verdadero peligro para México es que pudiesen regresar ellos al poder para seguir robando.

Pero como esto es sumamente improbable, dada la gran politización que existe gracias a un despertar generalizado de conciencias entre la población que fue, no sólo olvidada y desamparada durante más de 40 años, sino que fue abusada, golpeada, ultrajada, discriminada, menospreciada, desaparecida y hasta asesinada, comienza la derecha a perder la calma y a extremar su desesperación con acciones violentas, maliciosas y hasta terroristas.

Ya sabemos de lo que son capaces, lo han ocultado durante décadas porque gozaban de impunidad y mamaban de la corrupción, pero llevan el odio, el autoritarismo y el desprecio por el pueblo en la sangre. Son egoístas y no les importa nada más que ellos mismos. Siguen buscando cómo meterse en la administración para seguir robando del erario, siguen intentando sacar raja de los negocios mediante el influyentismo, son tan peligrosos que se pintan de guinda y se dicen de Morena con el descaro más vil con tal de saciar su enfermiza avaricia.

El gatopardismo en su máxima expresión. Ese es el mayor y verdadero peligro para México, y está llena la administración pública y están por todos lados, sobre todo en la parte baja de los Ayuntamientos, ahí donde aún se piensa no llegará nunca la barredora, en donde se sienten que son intocables porque son mayoría. Creen que se pierden entre la multitud, pero ven que el de arriba todavía sigue robando y se sienten, no sin razón, que tienen por ello derecho a llevarse su parte del pastel. Pero eso sí, con el chaleco guinda bien puesto, según, y el azul bien resguardado en el clóset de su casa.

Hipócritas desvergonzados que se mimetizan con una pseudo izquierda que no tiene la más mínima idea de lo que es la ideología. Sin vocación, ni sentido del servicio público, tratan de engañarse a ellos mismos con tal de servirse de los demás. Esos son los que más daño le hacen al movimiento, y por tanto los que ponen en riesgo la consolidación de la Cuarta Transformación.

El verdadero enemigo de México no es el adversario político que tenemos enfrente, esos ya no saben cómo reaccionar y son, además de obvios, muy, pero muy, torpes. El pueblo ya despertó y los tiene muy bien identificados. De los que tenemos que tener cuidado es de toda la maleza que se ha infiltrado en nuestro movimiento que, si los dejamos crecer y afianzarse, no sólo van a terminar por dinamitar todo el esfuerzo y el sacrificio que por tanto tiempo hemos luchado, sino que impedirán a nuestros hijos y a nuestras futuras generaciones poder vivir en un México con justicia, con paz y con dignidad, como el que pone como ejemplo día con día con sus acciones nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, y que mucha gente seguimos enalteciendo.

Tenemos la responsabilidad y la obligación de no sólo denunciar a estos infiltrados deshonestos, sino que es tarea de todos, si queremos que se consolide y triunfe nuestro movimiento, que sean juzgados y también condenados.

ADENDUM

Otro enemigo de México, no me cansaré de repetirlo, está en una gran parte del podrido y corrupto Poder Judicial, en donde muchos jueces y magistrados siguen velando por los intereses de la oligarquía y el crimen organizado. A los primeros los defiende a capa y espada de manera selectiva según sea el mejor postor, y a los segundos, parece que los deja en libertad apelando al más mínimo tecnicismo, con la clara intención de sigan desafiando y violentando la paz pública nacional.

No se diga la gran mayoría de los Ministros, incluida su recién impuesta presidenta, que de manera evidente están confabulando, de la mano con la derecha conservadora corrupta neoliberal, la misma que se rehúsa a perder sus canonjías y privilegios amasados durante los malos gobiernos anteriores, la estrategia de revertir todas las leyes, decretos y políticas públicas emanadas del gobierno de López Obrador, con el objetivo de reinstaurar a sus amos de la oligarquía en el poder.

Así las cosas, y ante una Suprema Corte de Injusticias de la Nación, con la mayoría del Poder Judicial corroído y corrompido, que usa el Derecho de manera facciosa en su interpretación para perjudicar al pueblo bueno, y beneficiar la impunidad de los pocos malos que la puedan comprar, debemos pugnar por una reforma, pero de fondo, que ponga al Derecho al servicio de la justicia, a la honestidad por encima de la corrupción, y a la Patria primero. ¡Como debe ser!