OPINIÓN

Día Internacional de las Remesas Familiares

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Las remesas familiares son de enorme importancia para las economías de los países en desarrollo que las reciben, porque tienen un impacto positivo en la vida de alrededor de mil millones de personas o lo que es lo mismo, en una de cada siete personas en el mundo. Justo por esa razón, el 16 de febrero de 2015 el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) emitió la resolución apoyada unánimemente por sus 176 miembros que proclamó el 16 de junio como el Día Internacional de las Remesas Familiares; esta proclamación fue endosada por la Asamblea General de Naciones Unidas.

En efecto, las remesas que remiten a familiares en sus lugares de origen las más de 200 millones de personas migrantes en el mundo son la principal fuente de financiamiento de áreas rurales, pero también de áreas urbanas marginadas; sirven para que millones de familias enfrenten la pobreza y el hambre, además de que contribuyen a fortalecer las economías de los países que las reciben.

En 2022, el Banco Mundial reportó que el monto de las remesas en 2022 fue de 794 mil millones de dólares. De acuerdo a datos de la ONU, el monto que los países en vías de desarrollo reciben por este concepto es tres veces superior a toda la ayuda oficial al desarrollo y también mayor a la inversión extranjera directa.

Los principales países receptores de remesas son India, México, China, Filipinas y Egipto. A su vez, los principales países emisores de remesas son Estados Unidos, Arabia Saudita, China y Rusia.

En los países más pobres, la mitad de las remesas familiares se concentran en áreas rurales y se utilizan en consumo, lo que contribuye a combatir el hambre y la pobreza, pero sin generar inversiones para el desarrollo, con lo cual se reproduce el ciclo perverso de marginación-hambre-pobreza. La Organización Internacional de las Migraciones estima que el 75% de las remesas se gasta en necesidades inmediatas. Este punto es relevante porque para 80 países, las remesas familiares representan más del 3% de su PIB.

Por lo anterior, es indispensable que los países receptores desarrollen programas de educación financiera que contribuyan a que al menos una parte de esas remesas se utilicen en proyectos productivos que generen ingresos propios, que ayuden a crear empleos para el bienestar de las comunidades rurales y urbanas que las reciben.

En 2016 México recibió 28 mil 670 millones de dólares en remesas familiares, en tanto que en 2022 recibió 58 mil 497 millones; esto significa que el país duplicó el monto recibido en apenas un periodo de seis años. El 98.9% de esas remesas de 2022 llegaron por medio de transacciones electrónicas. De ellas, el 95.5% vinieron de Estados Unidos, país en el cual radican más del 98% de los mexicanos residentes fuera de México. Este esquema se repite en los envíos alrededor del mundo. Por ello, el tema de la celebración de 2023 se centra en los beneficios de la inclusión digital y financiera en las remesas familiares.

El anuario de BBVA muestra que en 2022, Jalisco, Michoacán y Guanajuato fueron los estados que recibieron más remesas; cada uno superó los 5 mil millones de dólares. Poco más de la mitad provienen de California, Texas e Illinois, estados que concentran la mayor parte de personas migrantes mexicanas.

En el primer cuatrimestre de 2023, México recibió 18 mil 974 millones de dólares en remesas, lo cual representa un incremento nominal frente al mismo periodo de 2022. Sin embargo, un análisis de BBVA muestra que, por efectos de la inflación y la apreciación del peso mexicano frente al dólar, en ese periodo comparado se produjo una caída de -9.7% en términos reales.

A nivel regional, América Latina es la zona que más se beneficia del precidimiento; países como Haití, El Salvador y Honduras tienen economías altamente dependientes de tales ingresos. En otras regiones sobresalen Tonga, Nepal, Tajikistán y la República Kirguisa como países en los que las remesas representan más del 25 de su PIB, es decir que son oxígeno puro para esos países.

En todos los casos, constituyen una fuente de financiamiento del gasto social de las familias de los países que las reciben. Su importancia es trascendental para enfrentar el hambre y la pobreza en el planeta. Justamente por ello, las Naciones Unidas endosaron la proclamación del 16 de junio como el Día de las Remesas Familiares, con el propósito de concientizar al mundo sobre el impacto que estas contribuciones tienen en millones de hogares en los países en vías de desarrollo.

El reto para los países receptores de remesas familiares, sigue siendo el de encauzar, al menos una parte de esos recursos, a proyectos productivos que contribuyan a generar empleos e ingresos en las comunidades que los reciben de tal forma que logren maximizarse sus impactos positivos, para lo cual la educación financiera es fundamental.

*Cónsul General de México en Laredo, Texas.