Los concesionarios del transporte público hicieron por años lo que quisieron, nunca sintieron la necesidad de actualizar sus unidades, ni siquiera repararlas, o atender a los usuarios en cuanto a la frecuencia de paso y en general un trato digno.
Pues luego de acumular una gran cantidad de quejas, la ruta El Nogal fue multada con 40 mil pesitos que seguramente la empresa tiene para pagar sin problema alguno, el problema es que no va a querer estar pagando 40 mil a cada rato, ni tampoco se le va a dar esa opción de reincidir, pues al acumular suficientes ‘strikes’ le pueden retirar la concesión.
Esta no será la última multa onerosa, pero es un primer mensaje que los concesionarios no parecen querer asimilar respecto a que ya no pueden seguir en la misma manera en que se conducían con las administraciones anteriores, en las que solo hacía falta arreglarse con la delegación para continuar haciendo exactamente lo mismo.
Obviamente esta tampoco es la única ruta o concesión que acumula una serie de quejas, basta hablar con cualquier usuario y escuchará las anomalías, que serán consistentes con las de otras personas que utilicen con cierta frecuencia el transporte público, obviamente inclinadas a puntos como la frecuencia de su paso, malas condiciones de las unidades y pésimo trato de algunos choferes.
Pero además de lo anterior, también hay otros aspectos que los usuarios ni siquiera toman en cuenta, por considerarlas demasiado distantes, aunque sí han sido posibles en otros municipios de México en circunstancias similares a nuestra frontera. Estamos hablando del aire acondicionado, WiFi, modelos menos austeros, como esos rectangulares que vemos en Laredo, pero que también se ven en territorio mexicano.