Esta “Noche de Brujas”, “El Día de Muertos” o en los amaneceres que les sucederán, los que están por venir en los siguientes meses, podrían ser terroríficos para muchos panosos en Tamaulipas y en especial de Nuevo Laredo.
Pues desde este miércoles 30 de octubre ya no fingirá -porque nunca fungió a cabalidad- Raúl Ramírez Castañeda como titular de la Fiscalía Especializada Contra la Corrupción en Tamaulipas (FECC).
“El RR” se guardó alrededor de 900 expedientes que este nuevo gobierno de Américo Villarreal Anaya le envió para averiguar a corruptos (dis) funcionarios estatales del sexenio de “El Chompa de Res” y algunos alcachofas ratones, como el de nuestro pueblo, nos referimos al nefasto y atroz quinquenio panucho de Enriquecido Rovas.
Sí, en nuestro estado (estado de congelación o de criogenia) se tiene la friolera de 900 carpetas o denuncias durmiendo el sueño de los injustos, todas ellas apiladas en el frigorífico y en la hielera de Raúl Ramírez.
El RR, como así se le conoce en el bajo mundo del hampa, entre la escoria del crimen de cuello blanco, tuvo a bien a enriquecerse cobrando cuota por no darles en su mother a los alcaldes pillos, como uno que se ha convertido en uno de los hombres más ricos de Nuevo Laredo ¡y de Laredo, Texas! al manejar y desaparecer más de 16 mil millones de pesos de los noelaredenses, en cinco años.
Y de hacer otro tantito más de dinero desde el poder para comprar y vender lo que fuera de la ciudad, concesionó, alquiló, permisionó, rentó, enajenó, usufructuó y mercó todo lo que se le atravesó y todo lo que pudo.
Entre ese casi un millar de expedientes de bandideces que Ramiritos dejó en el hielo, se cuentan más de 30 marranadas que el gris gobierno -color gris rata- de Rovas cometió y que a Raúl Ramírez le fueron enviadas desde el principio del inicial trienio de Carmen Lilia Cantú Rosas (2021-2024).
RR ingresó como fiscal anticorrupción el 8 de septiembre del 2021 y ahora se larga este 30 de octubre del 2024, pero iba a estar hasta el 2027, sólo que cuando arribó Américo Villareal Anaya al gobierno estatal, entrandito le dio piso, declaró haberle perdido el control y la confianza, entonces el Congreso cuerudo ordenó su destitución.
Pero el muy ladino de Ramírez -al fin malandrín- se amparó y así anduvo dos años con una ristra de suspensiones bajo el sobaco, todas otorgadas por los jueces de distrito (Consejo de la Judicatura Federal), tribunos vendidos, corruptos e infames, que siguen estando bajo la nómina del fugitivo exgoberladrón FJGCV. La consigna de Ramírez, ordenada por “El Testuz de Ternera” era la de que de ninguna manera debería dejar el cargo, para así seguir protegiendo al Chompa de Res y a todos sus sucios socios como el neolaredense Rovas.
Además no es de dudarse que todos estos “precisos” burricipales le pagaron por cuidarlos durante poco más de tres años, sólo que el fiscal, persecutor o perjudicial estatal ya no se pudo sostener y el 30 de septiembre aventó el arpa, con carácter de irrevocable, lo cual será valedero un mes después, o sea en el primer segundo de este ya 30 de octubre.
Eso indica que el nuevo fiscal anticorrupción que arribe en cualquier instante (a lo mejor ya se dio, porque esta columna se hizo desde la mañana del viernes 25) vendrá a descongelar esos 900 expedientes.
NOVIEMBRE DE FIAMBRES
Así que bien podríamos en los primeros días de noviembre, con el nuevo persecutor de corruptos, estar viendo las iniciales resoluciones de algunos de esos chorrocientos expedientes “catalépticos”. ¿Quiénes serían los primeros secretarios de Estado del sexenio del Cabezón Cornudo, que podrían caer, cuales morderían barrote pronto?
¡A correr cacas y cacos! Toda esta bola de hampones están en el cadalso, en la picota, así que ya les vemos huyendo para Texas a ir a hacerle compañía al “Testa de Ternera”. Sí hay -fueron 11 los tiradores- abogados que quieren el cargo de corretear y pasar por las armas a los bandidos de cuello blanco. ¿Quién dijo que no hay licenciados en derecho buenos, profesionales de carrera que desean convertir en recta la función pública?
Jurisconsultos que buscan que el desempeño en el gobierno y en los entes públicos, sea algo muy recto, siempre firme, una labor muy enderezada, más rígida que la pata de un perro atropellado.
La rata almizclera de Raúl Ramírez Castañeda, tendrá que correr bien veloz y en “zigzag” para que no le atrapen, porque al conocerse lo que tiene escondido o callado, podría resultarle en delito que perseguir en su contra. Así que Enriquecido Rovas, (amén de “El Chompa de Res” y de su amiguita YA) pronto podrían estar siendo perseguidos gachamente.
Sí que se pondrá bueno este asunto en un Tamaulipas siempre muy judicialero (la constancia es porque hemos tenido mucho ladrón y delincuente diversos, siempre en el poder estatal y de cada rancho).
Dicen que no todos los que robaron en el sexenio de “La Pistola Más Rápida del Valle de Texas” o sea, “El Chamoyero de Reynosa” o “El Caco de McAllen” van a mascar barrote en el penal de Tamatán, ni tampoco van a morder almohada en sus crujías.
Ni encerrarán en los pueblos a todos los hampones de los gobiernos burricipales como es el caso del maleante de pacotilla que nació en este nuestro rancho.
Pero al menos sí les peguen una perseguida bruta, que les quite el sueño, que los enferme, que los arrimen a tocar piano y a tomarse la foto con la ficha gacha.
¡Pero te peinas cuñao!
Porque hay delincuentes de cuello blanco que no aguantarían ni cinco minutos en el fresco bote sin que se les chorreen los frenos y sin que les destapen la cremallera.
Nosotros a nadie le deseamos el mal, ni queremos matar a nadie, sólo que se nos haga justicia al pueblo y que esos malandrines paguen tantito por el mucho daño que nos hicieron.
Se robaron el dinero del pueblo, ese capital que era del mismo pueblo y que era para sacarnos de jodidos, pero los únicos que salieron de amolados, fueron ellos, estas lacras, sátrapas y lángaras, tales como “El Chompiras” y este nuestro “Peterete”.
Feliz domingo a todos, esperando que pronto a ciertas personas les gane el chorrillo, que se defequen de puro miedo, temiendo ir a dar con su sucio trasero a las pestilentes ergástulas de cualquier reclusorio en la entidad.