Este fin de semana transitar por la ciudad, intentar ingresar o salir de ella implicaba un extraordinario tráfico y aunque puede tornarse un tanto molesto, sin duda es una gran activación económica.
Obviamente todos entendemos que es parte de la temporada en la que se conjuga el paso de miles de paisanos con las compras navideñas y específicamente en esto último, el hecho de que este viernes era el límite para el pago de aguinaldos, así que fue justamente cuando muchos recibieron ese bono para posteriormente destinarlo a regalos.
De igual manera, fue el inicio del periodo vacacional para quienes faltaban, así que esa combinación de la disponibilidad de tiempo y dinero, se tradujeron en un flujo extraordinario de personas para comenzar los preparativos de los festejos navideños.
Sin duda en muchos hogares neolaredenses, casi sin importar la situación económica, la Navidad implica una cena y regalos, aunque sean modestos, sin embargo, usualmente se hacen esfuerzos o simplemente se adquieren algunas deudas para poder cumplir con esa norma social que parece ineludible, especialmente en los tiempos en que todo se publica en redes sociales para demostrar o en su defecto pretender prosperidad en todos los sentidos posibles, obviamente priorizando lo económico.
De esta manera, se puede perder un poco el espíritu de todo este fenómeno navideño, en el que más allá de las creencias religiosas, al ser la conclusión del año y un periodo vacacional, es buen momento para reunirse con familiares y amigos para convivir y reflexionar sobre este 2024, siempre con la intención de llegar al 2025 de la mejor manera posible, por lo que es crucial moderarnos en el consumo de alcohol e incluso de alimentos, si es que hay alguna condición de salud a considerar, pues curiosamente esta última suele ser una causa de más tragedias que los accidentes vehiculares, claro, que de igual manera debemos considerar.
El clima será bueno para los festejos, pero también habrá quien se incline más por veladas tranquilas en casa, una tendencia que cada vez cobra más fuerza entre ciertas generaciones que no sienten la misma obligatoriedad de salir de fiesta en estas fechas.
Al final, el mensaje es el de cerrar este año de manera responsable y, en caso de festejar, hacerlo con esa moderación y precauciones por el bien de todos, con el consumo de alcohol, ingesta excesiva de alimentos, endeudamiento por la compra de regalos o las tradicionales detonaciones en Navidad y Año Nuevo, que cada una por su cuenta pone en riesgo a uno mismo y a nuestros semejantes.