COSAS DE MI PUEBLO

Cien años de El Mañana

Escrito en OPINIÓN el

El pasado martes 5 de este mes acudimos con gusto a la invitación del periódico El Mañana a la presentación del libro conmemorativo de esta épica fecha, en voz del combativo diputado Gerardo Fernández Noroña. El teatro principal del Centro Cultural lucía pletórico de caras conocidas, medio pueblo se dio cita para festejar junto a la familia Deándar tan especial acontecimiento del “Periódico que va con el pueblo”, nuestro periódico, el periódico de todos.

El maestro de ceremonias (que estuvo muy propio y correcto) presentó a las personalidades y autoridades, Doña Ninfa Deándar Martínez, sus hijos Heriberto, Ramón y Ninfita, a la presidenta municipal Carmen Lilia Canturosas Villarreal y a Fernández Noroña, todos fueron ovacionados con entusiasmo en forma por demás espontánea. Inició Heriberto con una breve reseña de la historia del periódico, el pensamiento liberal de su abuelo, el fundador del Verbo Libre, don Heriberto Deándar Amador, de sus relaciones y contactos con los Flores Magón y otros liberales.

Continuaría Ramón, actual director del periódico y con breves y emotivas palabras expresó la importancia y orgullo de formar parte de la familia del periódico y reconoció a todos los que laborando en él, han hecho posible cumplir cien años de hacer un periodismo libre y combativo pese a ataques de todo tipo, pero siempre manteniendo la dignidad incólume, la frente muy en alto y las manos limpias.

No ha sido fácil, pero si las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las haría. Hacer buen periodismo no es cosa fácil.

La intervención de doña Ninfa fue recibida con profundo cariño, ella ha sabido ganarse el afecto de toda la comunidad a través de los años y como producto de su arduo trabajo, pese a que les ha pasado la estafeta de la conducción del periódico a sus hijos, ella continúa siendo la presidenta y supervisa todas las acciones. Y el amor que le tiene al periódico no la deja desligarse del todo, su palabra, su consejo, su orientación, siguen siendo importantes.

Sus palabras cargadas de emoción, nostalgias y recuerdos nos hicieron de pronto transportarnos a un pasado que nos tocó vivir, como cuando mencionó a su inefable amiga y cómplice, Marina Rodríguez, quien la acompañara en la aventura de tomar, organizar y levantar el periódico cuando se vino de Reynosa… fueron tiempos de mucho trabajo y grandes luchas; afortunadamente aunado a la fuerza de su juventud, tenía el coraje y la decisión de hacer de El Mañana el mejor periódico del pueblo y finalmente lo logró. Ahora en este centenario puede ver el resultado de su combate a base  de sangre sudor y lágrimas.

La intervención del diputado Fernández Noroña cumplió con las expectativas que todos teníamos, su peculiar forma de hablar, el llamar a todo por su nombre y siempre salpicado de sal y pimienta, su agudo humor, suspicacia y adjetivos incisivos al decir las cosas como son, sin eufemismos, libre de falsos maquillajes, usando las palabras y expresiones del pueblo, construye una retórica clara, sencilla y que le llega a todo mundo, tirios y troyanos, pues para todos tiene y les da su medicina, por eso le dicen el Doctor Noroña.

Su feroz y proverbial defensa de la Cuarta Transformación y del compañero Presidente son elementos imprescindibles en su discurso, lo hace sinceramente porque cree en ambos. La fuerza de sus palabras está sustentada en su firme creencia y convicción de que estamos en el mejor momento y el camino correcto. Muchos lo vemos con un futuro presidenciable, su trabajo al lado de la compañera Claudia le permitirá conocer más a fondo la problemática nacional y los entretelones de la política en los más altos niveles. Muchos pensamos que es una buena opción. El tiempo lo dirá.

El mensaje del Gobernador en boca de Ninfa chica, cerraría las intervenciones y ya solo procederíamos a la develación del afiche del libro de los cien años de El Mañana. La conmemoración adquirió visos apoteósicos, poder saludar a tanta gente que teníamos muchos años sin ver, como en mi caso a Elma Deándar, la menor de los hermanos Deándar, a la que no veía desde que me regresé de mi breve estancia en Reynosa -más de 25 años-, y en todos los rostros se notaba la alegría de saludar, abrazar y estrechar manos que hacía tiempo no lo hacían. También para eso sirvió esta celebración, fue, definitivamente una celebración a la vida.

Larga vida al periódico El Mañana, el periódico que sigue yendo con el pueblo.