Siempre el lunes después de Pascua hay una lucha con la sobriedad y no necesariamente por el consumo del alcohol el día anterior, sino por el regreso a diversas actividades luego de un domingo cansado en los festejos de ‘La Coneja’, precedido en ocasiones por más actividades durante el fin de semana.
Ahora una inminente reforma laboral pretende incorporar días de la Semana Santa a los asuetos oficiales, algo que sin duda habría de ayudar a muchas familias a convivir y es que aunque unos pocos días adicionales parecieran no ser gran cosa, al ser un periodo crucial, es de gran importancia.
Ayer vimos como en el Parque Viveros unas familias que acampaban vivieron un momento especial que parecían no experimentar con frecuencia, pues el acaparamiento de la vida laboral de hoy en día no suele favorecer la convivencia de manera regular, así que siempre estos días podrán ser un tesoro para fortalecer la unión familiar.
México tiene -en comparación con otros países- un promedio bajo de vacaciones al año, y una cantidad alta de horas trabajadas a la semana, esto sin contar los salarios que hasta hace poco estaban muy por debajo de las necesidades de los ciudadanos, así que en definitiva se requiere de actualizar una serie de leyes que han permanecido por décadas prácticamente de la misma manera, y esto definitivamente no en favor de los trabajadores.
Según lo que se dice en pasillos políticos, dentro de todo esto, la propuesta de los dos días de descanso obligatorios son prácticamente un hecho y la verdad que son muy necesarios para muchos que apenas tienen un día a la semana y no lo pueden destinar en su totalidad al esparcimiento, pues siempre hay pendientes que no permiten despejarse al menos un rato cuando se trabaja seis días de cada siete.